"Lo que nos trajo hasta aquí, no nos llevará más allá”. Esta frase de Marshall Goldsmith captura con precisión algo que las pymes deben interiorizar: la digitalización nunca duerme y, para prosperar, debe abrazarse la tecnología como un elemento crítico para crecer en un ámbito comercial cada vez más exigente.
La evolución digital da una ventaja real a las pymes. Automatizar procesos ahorra tiempo y recursos, mientras que el marketing digital permite llegar a audiencias más segmentadas y personalizar la experiencia de los clientes. Además, facilita el acceso a mercados internacionales.
Sin embargo, la responsabilidad de la digitalización no debe recaer solo en las pymes. Los proveedores tecnológicos juegan un papel clave al asegurar que la tecnología penetre en el mercado a través de tres factores: facilidad de uso, utilidad y coste. Estos tres elementos han sido esenciales para la adopción de innovaciones a lo largo de la historia.
Un ejemplo es la popularización del PC en los años 90. Aunque ya existían en los 80, no fue hasta la llegada de una interfaz gráfica más intuitiva, como la de Microsoft Windows, cuyo uso se volvió más accesible. La utilidad llegó con aplicaciones prácticas como procesadores de texto y hojas de cálculo. Finalmente, la bajada de precios impulsada por la competencia hizo que el PC fuera asequible para la mayoría.
El caso del smartphone siguió un patrón similar. Aunque la tecnología ya existía antes de 2007, el iPhone revolucionó la usabilidad con su pantalla táctil intuitiva. La utilidad del dispositivo, que combinaba conexión constante, cámara, música y aplicaciones, lo convirtió en indispensable. Nuevamente, la reducción de precios gracias a los dispositivos Android permitió que la adopción fuera masiva.
Hoy día, lo mismo debe suceder con la inteligencia artificial (IA). La tecnología ya existe, pero el reto es hacer que sea accesible, útil y asequible para las pymes. Para ello, se necesita un ecosistema de empresas digitalizadoras que puedan llevar esta tecnología a los pequeños negocios de forma simple y directa.
“El éxito de la IA y la automatización en el mercado depende de que existan herramientas que permitan a los pequeños negocios integrar estas tecnologías sin esfuerzo”
Es un error común atribuir la baja adopción tecnológica en algunos sectores a la falta de habilidades digitales o al miedo generacional. Aunque estas barreras influyen, no son la causa principal. La responsabilidad recae en las empresas tecnológicas, que deben crear casos de uso simples y útiles que resuelvan problemas reales con herramientas de IA y análisis de datos.
Un ejemplo de cómo la automatización con IA puede integrarse es una pastelería. Este negocio puede usar un software de análisis predictivo para estudiar ventas anteriores, clima, eventos locales y tendencias en redes sociales; anticipar qué tipos de pasteles se venderán mejor y ajustar la producción, reducir el desperdicio y cubrir la demanda con precisión.
En marketing, la IA puede analizar patrones de compra de los clientes y enviar promociones personalizadas, como cupones de descuento para tartas de cumpleaños con antelación a la fecha, lo que aumenta las posibilidades de fidelización y venta. Si la pastelería también ofrece un servicio de suscripción -el cliente recibe un pastel especial cada mes-, esta tecnología puede automatizar la personalización de los productos y las entregas, aumentando la eficiencia operativa y la satisfacción.
Otro ejemplo es una clínica veterinaria. La IA puede gestionar citas e historiales médicos de las mascotas, liberando al personal de tareas administrativas. Además, puede enviar recordatorios automáticos a los propietarios sobre revisiones o vacunas, mejorando la retención. Si la clínica tiene una tienda asociada, la IA puede automatizar promociones de productos relevantes, como alimentos especiales o juguetes, para así mejorar la experiencia mientras el personal dedica más tiempo a las mascotas.
En definitiva, el éxito de la IA y la automatización en los mercados masivos no depende de que los pequeños negocios tengan que adquirir habilidades complejas, sino de que existan herramientas que les permitan integrar estas tecnologías sin esfuerzo. Las empresas tecnológicas deben asumir la responsabilidad de crear soluciones que sean más guiadas, integradas, sencillas y asequibles para que las pymes puedan concentrarse en lo esencial: hacer crecer su negocio.
