La sostenibilidad y la eficiencia marcan los pasos de la actividad económica y la movilidad no es ajena a esta evolución. En este contexto, el transporte público se presenta como la alternativa que mejor responde a los retos del sector, tal y como detalla Miguel Ángel Martínez Olagüe, director general de Sistemas Inteligentes de Transporte de GMV, en esta entrevista.
¿Por qué considera que el transporte público es la única alternativa sostenible?
La primera razón es que cuando hay recursos limitados, o el consumo de los mismos debe limitarse por cuestiones de salud pública y medioambiental, la única fórmula para poder progresar y crecer es ser más eficientes, hacer más con menos. En este contexto, el transporte público es muchísimo más eficiente que el vehículo particular, sobre todo en las grandes metrópolis, donde se concentran las mayores necesidades de movilidad. El autobús puede ser, dependiendo las condiciones, hasta 10 veces más eficiente por kilómetro y pasajero que el vehículo particular y, de media, es entre dos y tres veces más eficiente. En el caso del metro o suburbano, el coste de transportar a una persona por kilómetro es 40 veces más bajo que el vehículo particular.
La segunda de las cuestiones es la propia limitación de las ciudades por problemas de congestión. Es imposible atender la demanda de movilidad, sobre todo en grandes metrópolis como Madrid o Barcelona, o en las grandes ciudades del mundo. La única forma de atender esa demanda de movilidad, en muchos casos, ya es el transporte público. La red vial ya no puede crecer más en el centro de las grandes urbes.
Y existe un tercer efecto, que es la potencia dinamizadora que tiene el transporte público. Cuando conectas mediante el transporte público un núcleo que está a una cierta distancia de una metrópolis, automáticamente, ese núcleo comienza a florecer. El transporte público tiene una potencia enorme para dinamizar el crecimiento económico.
¿Cómo contribuye GMV a la mejora del transporte público del futuro?
Nosotros proporcionamos fundamentalmente sistemas de alta tecnología, centros de mando y control operativo que permiten controlar el transporte público y saber lo que está ocurriendo para poder tomar decisiones. También contamos con sistemas de información al pasajero, de anuncio en parada, de pago, de seguridad con cámaras… GMV está detrás de buena parte de toda la tecnología que existe en el transporte público.
Hay varias tecnologías que van a marcar la pauta en los próximos años en el transporte público, como la conducción autónoma, que ya es una realidad en ciudades como San Francisco, en el caso de los robotaxis, y que va a llegar también a los autobuses y a los trenes. La otra gran revolución va a ser la de los combustibles, debido a que vamos hacia la electrificación total de las redes de transporte público y hacia el uso de nuevos combustibles sintéticos como el hidrógeno u otras alternativas de combustible sintético neutras desde el punto de vista medioambiental.
El transporte público intermodal, que conecta todos los medios de transporte público bajo una misma plataforma digital, a día de hoy ya es una realidad, pero va a estar incluso más integrado. Podremos utilizar un billete único para pagar todos los métodos de transporte a través del móvil. Los sistemas de pago basados en tecnología ABT son clave para esta evolución. También veremos más sistemas integrados a nivel regional (como los que ya estamos desplegando en buena parte de España) y nacional.
Y, en una visión más futurista, se están dando muchos avances en aeronaves eléctricas multirrotor que podrían usarse para el transporte de personas, pero personalmente creo que todavía falta mucho para que eso lo veamos como una realidad, pues quedan muchas cuestiones por resolver como la seguridad, el control del tráfico aéreo y el modelo de negocio.
“Transportar a una persona en metro es hasta un 40% más eficiente que hacerlo con vehículo privado”
¿Qué beneficios aportan estas tecnologías al usuario?
Aunque el usuario no la perciba, la tecnología permite al operador hacer más con menos. Planificar, ofrecer una mejor calidad y capacidad de servicio con la misma flota. Nuestros sistemas permiten, por ejemplo, la regulación en frecuencia, que el tránsito de los autobuses o tranvías esté espaciado en el tiempo para optimizar el uso de ese recurso y mejorar la calidad y la percepción que tiene el usuario, teniendo en cuenta múltiples variables como el tráfico.
El pasajero, en la parada, tiene información puntual sobre cuándo va a llegar el próximo autobús, metro o tranvía, y detrás de ello hay un sistema muy complejo. Estos sistemas aportan más calidad, accesibilidad y facilidad en el uso del transporte público. Y otro elemento que también está muy pegado al usuario son los medios de pago, y en GMV estamos detrás de la tecnología que permite sacar el móvil o la tarjeta de transporte en la ciudad y pagar el viaje.
En el ámbito de la seguridad, ofrecemos sistemas de videovigilancia a bordo. Las videocámaras proporcionan imágenes en tiempo real a un centro de control, para detectar cualquier tipo de incidente dentro del autobús, el metro o el tranvía.
¿Qué puede exportar España en el sector de las tecnologías aplicadas al transporte al resto del mundo? Y, al revés, ¿qué puede importar España en este ámbito?
España tiene una posición muy relevante a nivel mundial en transporte público y quizás los españoles no somos conscientes de ello. Somos un país que recibe muchísimos turistas y les sorprende la calidad que tiene el transporte público en nuestro país. Las redes de autobús, tranvía, metro y ferrocarril son impresionantes. Esto es un escaparate potentísimo y, cuando una empresa como GMV sale al mundo con esa referencia, es una carta de presentación magnífica.
Todos los sistemas que hemos comentado los exportamos a todo el mundo y tenemos referencias en Australia, en Estados Unidos, en Polonia, en Sudamérica, en África... Vamos de la mano de clientes como CAF o Talgo por el planeta. Y todo, tanto software como hardware, lo desarrollamos aquí, en España, importando componentes de la parte de electrónica, como los chips y algunas herramientas de software.
¿Qué sinergias existen entre el mundo espacial y el transporte terrestre?
GMV nació como una empresa exclusivamente espacial. Empezamos a entrar en contacto con nuevas tecnologías e innovaciones, sobre todo a principios de los años 90, como la navegación por satélite, las comunicaciones móviles de datos y el uso de mapas digitales. La sinergia en términos de innovación es fundamentalmente tecnológica, y la más clara es la navegación por satélite. Nosotros desarrollamos los primeros sistemas de control operativo de transporte público basados en GPS de España.
¿Qué nos queda por ver en el ámbito del coche autónomo?
La conducción autónoma ha experimentado en los últimos años un empuje considerable, con avances sobre todo en tecnología de sensores y en inteligencia artificial (IA). Veremos avances en el entorno regulatorio y viviremos una revolución en la navegación por satélite de alta precisión que permitirá ampliar las vías en las que será posible realizar la conducción autónoma.
Nosotros ofrecemos un producto de posicionamiento que proporciona precisión centimétrica (de centímetros, no de metros) con una alta integridad, que proporciona al vehículo autónomo información fiable en tiempo real para tomar las mejores decisiones en el escenario de una posible eventualidad. La navegación por satélite ha conseguido niveles de precisión y de integridad tremendos gracias a soluciones como la nuestra. Uno de nuestros clientes de referencia es el fabricante alemán BMW, que la utiliza en sus vehículos de conducción autónoma de alto nivel.
“GMV ofrece precisión centimétrica para mejorar el posicionamiento GPS del vehículo autónomo”
¿Cómo cree que serán las carreteras del futuro?
Creo que vamos a ver cada vez más sensores y cámaras en las carreteras, que van a permitir monitorizar el tráfico, tomar decisiones e informar en tiempo real gracias a la conexión 5G, que permite conectividad en tiempo real entre vehículos y entre estos y la infraestructura y los sistemas de gestión de tráfico. Esto genera un entorno mucho más seguro y eficiente.
En el ámbito de la iluminación también vamos a ver una evolución hacia la iluminación inteligente, que depende de las condiciones de tráfico y de visibilidad. Y las carreteras van a estar cada vez más pensadas para que haya vehículos autónomos, con marcadores y señales tanto físicos como digitales especialmente pensados para ellos.
Respecto a los carriles diseñados para estos vehículos, creo que veremos fases. En una primera fase probablemente no sea posible completar todo un recorrido con conducción autónoma, será solo en algunos tramos de autopista, y dentro de ella podrá haber carriles especialmente destinados a conducción autónoma. En el ámbito de la realidad aumentada, en el futuro veremos que las propias carreteras enviarán información e imágenes en tiempo real al vehículo, con avisos que contengan todo tipo de información, como avisos por obras o accidentes, que se fusionaran con los modernos head up display que tienen ya muchos vehículos.
¿Cómo definiría la cultura de innovación de GMV en el ámbito de los sistemas inteligentes de transporte?
A todos los que trabajamos en GMV nos gusta mucho la tecnología. Es un tema que nos apasiona y nos motiva. Y lo que nos hizo aterrizar en un sector que inicialmente desconocíamos, como es el transporte público, es que vimos la oportunidad de desarrollar innovación tecnológica y de cambiar la forma de hacer las cosas.
Después de 20 años, conocemos muy bien cuáles son las necesidades de nuestro cliente en términos de servicio y funcionalidades, pero seguimos muy enfocados en el desarrollo de tecnología puntera. Ejemplo de ello es que hace unos años descartamos cientos de miles de líneas de código y desarrollamos muchos elementos de cero para adaptarlos a las nuevas tecnologías de software disponibles. Creo que fue una gran apuesta y una decisión acertada para poder mantenernos a la vanguardia en el desarrollo de tecnología aplicada a este sector.
En hardware también hemos decidido ser pioneros con el desarrollo desde cero de nuestras propias placas electrónicas de microprocesador y nuestros equipos. Obviamente, utilizamos chips y componentes de la industria, pero estamos haciendo nuestra propia electrónica. Y esto tiene la ventaja de que podemos enfocar nuestro producto a las necesidades específicas de nuestro mercado y nos permite controlar absolutamente el roadmap del producto y su evolución.
“Vamos a ver cada vez más sensores y cámaras en las carreteras”
¿Y la IA, cómo la aplican?
Creemos que la gestión predictiva basada en IA es muy útil para nosotros, ya que permite predecir de alguna forma lo que va a ocurrir para poder actuar. Pensemos, por ejemplo, en la ocupación de un autobús, que tiene una evolución diferente dependiendo del día a la semana y de las condiciones climatológicas. Mediante IA, podemos detectar patrones en el comportamiento del tráfico y detectar que algo va a ocurrir antes de que ocurra y transmitir esos avisos a nuestros sistemas y su vez a los profesionales que los gestionan.
Esto también aplicaría al entorno del vehículo eléctrico, debido a que un autobús eléctrico tiene una autonomía que puede variar muchísimo, nuevamente dependiendo de multitud de factores. Y estamos desarrollando herramientas basadas en IA que permitan identificar en tiempo real cuál va a ser la autonomía que va a tener el autobús. La base, por tanto, sería el uso de la IA para la prevención y poder así tomar mejores decisiones.
¿Podría adelantarnos alguna novedad o próximo hito que vayan a alcanzar?
Vamos a poner en marcha por primera vez a nivel operacional en Estados Unidos, en concreto en el condado de Westchester, en el estado de Nueva York, un sistema de ayuda a explotación, de información al pasajero y de planificación de transporte público. Se trata de un proyecto integrado muy completo en el que por primera vez vamos a exportar a Estados Unidos nuestra plataforma integrada GMV Hub y nuestro nuevo ecosistema de productos ITS para transporte público.
Todos los proyectos, o casi todos los proyectos que teníamos en Estados Unidos se basaban hasta ahora en una solución tecnológica diferente, que proporcionaba una empresa que adquirimos en Estados Unidos en 2015. Es la primera vez que la tecnología ‘made in Spain’ de GMV para sistemas inteligentes de transporte se despliega en Norteamérica.
