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Revista Capital

Los hombres de Trump

Por Mario Talavera

Las reacciones de los agentes económicos estadounidenses y sus pares del resto del mundo adelantan cuatro años de inestabilidad, mientras Donald Trump confecciona un gabinete que le ayude a recuperar el poder económico y geopolítico perdido.

En los actos de campaña, Donald Trump y Elon Musk se han mostrado como compañeros inseparables. Además de la faceta como empresarios, ambos tienen muchas cualidades comunes. De hecho, son tan parecidos en algunas cosas que se han llegado a convertir en competidores por el devenir de los acontecimientos. 

En enero de 2021, los seguidores de Donald Trump asaltaron el Capitolio de los Estados Unidos. En aquella ocasión, Trump había perdido las elecciones con Joe Biden, lo que aprovechó para hablar de que los comicios habían sido adulterados. En varias de sus intervenciones en redes sociales, el magnate llamaba a la contención, si bien daba pábulo a las protestas, en tanto que consideraba que el resultado de las elecciones era injusto. 

Fue por ello que desde Twitter (ahora X) decidieron suspender su cuenta de forma permanente. Entonces, el ahora reelegido presidente hablaba de que Twitter "sólo es una plataforma para la izquierda radical". Más allá de emitir quejas, Trump decidió embarcarse en otro proyecto: el de crear su propia red social. 

Los expertos señalan que la presencia de perfiles empresariales puede resultar compensar el fuerte peso ideológico del gabinete

En noviembre de ese año nació Truth Social, una red social impulsada por Trump Media & Technology Group, que vio la luz en febrero de 2022. En parte, esa nueva plataforma buscaba imitar el funcionamiento de Twitter y suponer una alternativa para la red social que había vetado al presidente. Desde entonces, la empresa de Trump ha sufrido altibajos en su cotización, muy relacionados con las expectativas de su vuelta al Despacho Oval. 

En paralelo, se encuentra la historia de Elon Musk. Como Trump, el empresario sudafricano utilizaba (y utiliza) Twitter a discreción para lanzar todo tipo de mensajes, tanto los que tienen que ver con sus negocios como con cuestiones políticas. Poco después de que Truth Social echara a rodar, en octubre, Musk decidió comprar Twitter por 44 mil millones de dólares. 

Tan solo un mes después, Musk decidió devolver a Trump su cuenta de Twitter, por lo que el presidente recuperó su perfil a la vez que estaba lanzando su red social. Lejos de reconocerse como competencia, los dos empresarios han estrechado una relación muy cercana, hasta el punto de que se espera que Musk tenga un papel prominente en el nuevo ejecutivo. 

De esta forma, Trump devolverá el favor al empresario sudafricano concediéndole la responsabilidad de liderar el nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental. Según lo dicho hasta ahora, este organismo buscará reducir el exceso de regulación, desmantelar la burocracia y reducir los gastos innecesarios. 

Musk: el poder empresarial se mimetiza con el poder político 

Del papel del dueño de Tesla, el vicedecano del área de empresa de la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas de VIU, Ignacio de Angelis, apunta que los vínculos de sus empresas con China podrían convertirle en un “puente diplomático informal”. En su opinión, “podría resultar fundamental en este juego geopolítico”. Así, “su presencia en el gabinete podría matizar la línea dura defendida por otros miembros de la administración”. 

En este nombramiento, Frédéric Mertens ve un carácter muy personalista en el que se difuminan las fronteras ideológicas y empresariales. El director del departamento jurídico y profesor de RRII en la Universidad Europea de Valencia cuenta a Capital que tanto Musk como varios miembros más del gabinete tienen en común dos cosas: que han financiado la campaña de Trump y que coinciden con su ideario. 

Para Carme Colomina, del Barcelona Centre For International Affairs (CIDOB), la presencia de Trump y Musk será una “prueba de estrés de dos egos muy potentes”. De hecho, incide en que hasta ahora han tenido intereses comunes, pero sus agendas a partir de la vuelta a la Casa Blanca pueden ser distintas. Colomina cree que tanto este como el resto de nombramientos pueden llegar a ser una debilidad por encontrarse “muy a merced de intereses privados que están en la primera línea política”. 

Los favores entre Trump y Musk vienen de lejos: el dueño de X (Twitter) devolvió a Trump su cuenta un mes después de comprar la red social

Coincidencia o no, el departamento que dirigirá Musk será conocido por sus siglas en inglés como Doge, en un guiño a la conocida criptomoneda que trataremos más adelante en este texto. Musk se refirió a esta nueva faceta como funcionario público diciendo que su principal foco estará en reducir la burocracia. 

Asimismo, se compromete a que la transparencia sea máxima, de modo que si se recorta un servicio fundamental, los ciudadanos puedan expresarlo. En un alarde de gusto para la comparación, Trump habló de este proyecto como "el Proyecto Manhattan de nuestro tiempo", en referencia al proyecto que dio a luz la bomba atómica.  

No es el único favor que se intercambian, puesto que Musk donó 200 millones de dólares para la campaña de Trump, mientras que el presidente ha explicado que prevé flexibilizar la legislación sobre vehículos autónomos. 

Tras ese anuncio, las acciones Tesla, propiedad de Elon Musk, se han disparado desde los 250 dólares hasta los 400 dólares. En este punto cabe incidir en que las normas estadounidenses son estrictas con respecto a los cargos electos. De tal modo, la nacionalidad sudafricana de Musk le impide optar a puestos como el de presidente y vicepresidente, así como para los de senador o representante. 

No obstante, hay excepciones en roles técnicos y en aquellos que son de elección del propio presidente, como es el caso de esta responsabilidad que Trump ha otorgado a Musk. También sucede para consultores o contratistas que trabajen para el Gobierno de Estados Unidos.  

A pesar de que la legalidad permita al dueño de Tesla tener un cargo, las diferentes empresas que posee Musk podrían resultar un obstáculo. Recordemos que, además de X y Tesla, Musk posee la empresa SpaceX, que, al igual que Tesla, ha recibido contratos gubernamentales. El hecho de que Musk tenga un cargo público y legisle en determinadas áreas puede suponer un conflicto de intereses. 

El impulso de las criptomonedas que pretende Trump puede verse frenado por los recelos que existen en otras instituciones

Esa circunstancia ha evitado que Musk sea la mano derecha oficial de Trump. Ese puesto será para James David Vance, también conocido como J.D. Vance. Nacido el 2 de agosto de 1984 en Middletown, Ohio, Vance se convirtió en una figura pública gracias a su historia personal de superación. Ello le ha situado como uno de los políticos con más gancho del panorama actual en Estados Unidos. 

De su vida se sabe más gracias a su biografía, Hillbilly Elegy, que publicó en 2016, se convirtió en best-seller y fue llevado al cine gracias a Netflix. Fue entonces cuando se especializó en comentarista político y empresario de capital de riesgo, con discursos que criticaban -y critican- la globalización y la pérdida de empleos en la industria manufacturera. 

El punto de vista de Mertens subraya que la elección de Vance puede servir para compensar la imagen de una persona de edad avanzada, como es Trump. Este nombramiento, así como los demás que siguen en este texto, tiene sobre sí la incógnita de servir como contrapeso.  

Tal y como lo interpreta Pol Morillas, de CIDOB, el gabinete cuenta con “grandes ideólogos en puestos de responsabilidad fundamentales”. “Tenemos ciertas dificultades para ver exactamente si será una administración ideologizada o si habrá contrapesos en el ejercicio de las distintas políticas”, cuenta Morillas durante la presentación del documento “El mundo en 2025”. 

Criptomonedas, impuestos y tipos de interés 

Tanto la victoria del magnate inmobiliario como el acompañamiento de Elon Musk “refuerzan la idea del ego por encima del carisma”, afirma Colomina. Mertens, por su parte, afirma que “Trump no tiene ningún escrúpulo porque considera que está haciendo su trabajo respecto a todas las problemáticas que tiene su país”. 

El resto de los nombramientos de Trump están muy relacionados con esos intereses personales, ideológicos y empresariales. Además de su tradicional negocio inmobiliario y la red social Truth Social, Trump inició en los últimos meses otra incursión en otro de sus temas de interés: las criptomonedas. Durante la campaña, sorprendió con la creación del proyecto World Liberty Financial. Se trata de una plataforma de criptomonedas con la que ha empezado a vender su propia criptomoneda, WLFI. 

Este reciente interés entronca con los pasos de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC), que en los últimos tiempos ha sido indulgente con las criptomonedas. Este organismo, dirigido hasta finales de noviembre por Gary Gensler, apoyó la creación de ETF de bitcoin para defender los derechos de los inversores, pero a la vez defendía que el valor de estos activos se basaba en la especulación del mercado. 

Tras el paso atrás de Gensler, Trump ha optado por Paul Atkins, quien tendrá el mandato de desregular la inversión y dar alas a la innovación, entre la que se encuentran las criptomonedas. La expectativa es que Atkins, quien ya formó parte de la SEC durante el mandato de George Bush hijo, reduzca la regulación financiera, además de impulsar la luz verde para los criptoactivos. 

Por lo pronto, de Angelis indica que “ya estamos viendo un rally del Bitcoin asociado directamente a las declaraciones de Trump, quien podría favorecer un entorno regulador más amigable e incluso cierta institucionalización”. No obstante, el experto cree que este impulso tendrá que “enfrentar el fuerte escepticismo institucional de la Reserva Federal y el peso de los sectores más tradicionales de Wall Street”. 

Otro de los nombres que acompañarán a Trump será Gail Slater, a quien Trump ha encomendado otra de las tareas que le han obsesionado durante la campaña. Slater dirigirá la división antimonopolio del Departamento de Justicia, encargada de vigilar a las empresas gigantes del país, que son especialmente las tecnológicas. Trump cree que las Big Tech han "campado a sus anchas" demasiado tiempo, lo que ha reprimido los derechos de los estadounidenses y limitado la competencia.  

“Un monopolio puede matar al mercado”, dice Mertens. Por ello, no cree que sea contradictorio que Trump, por un lado, quiera desregular ciertas actividades y, a la vez, regular para frenar el posible abuso de poder que ejercen las tecnológicas. “El mercado crece si hay una competición entre empresas del mismo sector; en cualquier sistema donde rige el régimen del mercado, el monopolio es nefasto”, resume.  

La convivencia de Trump y Musk pondrá a prueba dos personalidades muy marcadas y con agendas que pueden diferir en diversos asuntos

Gail Slater, una de las pocas mujeres en la nueva Administración Trump, es una abogada de origen irlandés que por su experiencia en tecnología, telecomunicaciones y políticas de ciberseguridad. Ya colaboró en el Gobierno Estadounidense durante el anterior mandato de Trump como Asistente Especial del presidente para Tecnología, Telecomunicaciones y Política de Ciberseguridad. 

Para la Secretaría de Comercio, Trump ha elegido al también multimillonario Howard Lutnick, consejero delegado de la firma financiera Cantor Fitzgerald. Lutnick se ha mostrado en consonancia con las ideas de Trump de utilizar los aranceles como arma económica, así como de dar peso a las criptomonedas en Estados Unidos. De Angelis cree que, en efecto, su papel como secretario incluye cumplir las promesas de imponer aranceles a China y a Europa. No obstante, “esto podría desatar guerras comerciales que afecten el comercio global”, advierte. 

Asimismo cree que los nombramientos de figuras empresariales llevan consigo un “riesgo evidente de conflictos de interés”. En su opinión, el liderazgo de sus diversas áreas “puede generar dudas sobre la imparcialidad de sus decisiones”. En conclusión, “ciertamente puede ser algo inquietante, pero en Estados Unidos el lobby para fortalecer las influencias en los gobiernos es completamente legal y está regulado”. 

Entre los nombramientos más llamativos se encuentra el de Robert Kennedy Jr. como secretario de Salud. Sí, está emparentado con el presidente John F. Kennedy, concretamente es su sobrino, nacido en enero de 1954. Asimismo, es hijo de Robert F. Kennedy, senador y fiscal general de los Estados Unidos en otro tiempo. 

Pese a su apellido y herencia política, la figura de Kennedy se mueve desde la postura demócrata inicial hacia el foco en la libertad individual y la defensa de los derechos civiles. El nuevo secretario de Salud ha llamado la atención del presidente electo por su postura frente a las vacunas del covid-19, así como por el cuestionamiento de las diferentes inyecciones que se administran durante la infancia. 

Mertens, de la Universidad Europea de Valencia, incide en que este hecho, así como otros resultados que se están dando en procesos electorales alrededor del mundo, es un síntoma de que “han desaparecido las fronteras ideológicas”. “Es Trump frente a los demás, y los demás son los que están en contra”. Colomina coincide con ese argumento, porque cree que también se da en el caso de Javier Milei en su ascenso al poder, así como en el de ciertas figuras en el Parlamento Europeo. “El mundo ha votado y lo ha hecho desde el malestar y el enojo, lo que ha dejado unos sistemas democráticos magullados”, explica la investigadora de CIDOB.  

Con respecto a la política exterior, Trump ha designado al senador republicano por Florida, Marco Rubio, como secretario de Estado. Rubio, hijo de inmigrantes cubanos, es conocido por su firme postura en política exterior, incluyendo su apoyo al embargo a Cuba y su alineación con políticas agresivas hacia Gaza e Irán. 

La nueva administración tiene como objetivo limitar el poder de las grandes corporaciones tecnológicas

Para De Angelis, la promesa de “’acabar con las guerras en 48 horas” es irrealizable pero expresa el pragmatismo en política exterior que ya evidenció Trump en su primer mandato”. El perfil de Marco Rubio es “mucho más agresivo frente a China y Rusia”.  

Mertens opina lo mismo con respecto al enfoque práctico, aunque incluye el matiz de que Trump pretende resolver los conflictos como si fueron problemas empresariales. “La geopolítica es muy diferente a la gestión de una empresa”, recuerda Mertens. En ese aspecto, si bien es cierto que Trump aparenta ser impredecible, las exigencias de las circunstancias externas compensarán ese aspecto. Por ejemplo, señala que gran parte de la deuda de Estados Unidos se encuentra en manos de bancos chinos y, por ello, Trump tendrá que medir hasta qué punto puede imponer aranceles al gigante asiático. 

En cuanto a la inmigración, Mertens añade que uno de sus anuncios estrella, el muro en la frontera entre México y Estados Unidos, “no ha frenado la inmigración”. El investigador critica que esta política ha sido “menos eficiente que la política migratoria de Meloni en Italia”, por poner un ejemplo. 

Polémica con Jerome Powell 

En 2017, Trump nominó a Jerome Powell como presidente de la Reserva Federal (Fed), la entidad encargada de proteger el dólar y los precios. Desde entonces, Powell no se dejó influir por el presidente y tomó diferentes decisiones en conciencia. Eso le llevó a ser víctima de numerosas críticas por parte del presidente electo. 

En contra de lo que ha ocurrido con otros cargos, Powell ha rechazado dimitir de su cargo, pese al choque que enfrentará por parte del nuevo presidente. En ese aspecto, Trump tendrá que lidiar con el presidente de la Fed mientras siga en su cargo, estipulado hasta mayo de 2026. 

Las incógnitas comenzarán a disiparse a partir del día 20 de este mes, cuando el empresario neoyorquino vuelva al poder. “El movimiento se demostrará andando, no solo con el simbolismo de los nombramientos”, señalan en CIDOB. Con respecto a la importancia de las diferentes figuras empresariales, se dará cierta “simbiosis entre Silicon Valley y las agendas del presidente y del pentágono”. 

Desde la Universidad Europea de Valencia, recalcan que, pese a que la realidad puede frenar las aspiraciones del nuevo presidente, se ha mostrado convencido en resolver los problemas de su país. “Si para eso tiene que pisar las leyes, a él no le importa”, recalca Mertens.  

Otro de los efectos esperables de este gabinete es el foco en la eficiencia. “Esta composición anticipa una administración enfocada en eficiencia económica, desregulación y proteccionismo comercial, especialmente a través de políticas arancelarias”, explica de Angelis.  

Con respecto a las consecuencias en Europa y en España, “las políticas proteccionistas y los posibles aranceles impuestos a Europa afectarían negativamente las exportaciones españolas, especialmente en sectores como la agricultura (aceite de oliva y vino) y la automoción”, señala el investigador de VIU. Por otro lado, Trump no se encuentra tan interesado como otros líderes en la transición energética, por lo que un paso atrás influiría a España, que se posiciona como uno de los países que más apuestan por ella. 

Por otro lado, las intenciones del nuevo presidente pasan por fortalecer la posición de Estados Unidos. La consecuencia de esto es que Europa mire hacia otros puntos, como puede ser América Latina. Ello iría en la línea de fortalecer los “círculos de confianza geopolítica”, algo que de Angelis indica que es una nueva lógica que estará presente en el escenario internacional en los próximos años.  

 

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