El valor de las exportaciones de bienes en América Latina y el Caribe se proyecta que crezca a una tasa estimada del 4,1% en 2024, tras una caída del 1,6% en 2023. Esta información se detalla en la última edición del informe «Estimaciones de las tendencias comerciales de América Latina y el Caribe», elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Las importaciones también experimentan un giro positivo, con una leve expansión del 3,2% este año, después de un notable descenso del 6,8% el año pasado. Según el informe, la expansión de las exportaciones en la región se debe principalmente al aumento en los volúmenes despachados, aunque los precios permanecieron estancados.
El balance de los riesgos para el comercio regional se mantiene equilibrado y las proyecciones apuntan a un crecimiento limitado
Desde el BID, Paolo Giordano, economista principal, subraya que, a pesar de que las perspectivas han mejorado a lo largo del año, no hay indicios de que se produzca una expansión comercial sostenida en la región. Para que el comercio exterior siga siendo un motor del crecimiento económico, es crucial que América Latina y el Caribe lleven a cabo reformas e inversiones destinadas a mejorar la productividad y facilitar el comercio.
Desempeño subregional y tendencias de precios
La evolución de las exportaciones ha diferido considerablemente entre subregiones. Sudamérica lidera la recuperación, con un aumento estimado del 4,0% en sus exportaciones para 2024, tras una caída del 4,4% en 2023. Este incremento se atribuye principalmente al crecimiento de los volúmenes exportados, que experimentaron un salto del 3,6% al 6,9%.
Por su parte, mientras que los envíos del Caribe se recuperaron con un significativo aumento del 18,3%, las exportaciones de Centroamérica permanecen estancadas, con apenas un 0,1% de crecimiento. En Mesoamérica, en particular en México, se observó una leve aceleración, con un crecimiento del 4,0% en sus ventas externas.
Los precios de los principales productos básicos mostraron tendencias decrecientes, salvo el café y el cobre, que experimentaron aumentos del 57,7% y 9,4%, respectivamente. Las proyecciones sugieren que esta baja continuará en los próximos trimestres, en un entorno de alta volatilidad.