El Comité de Empresa de la Central Nuclear de Almaraz ha solicitado este sábado a las autoridades y a los diversos agentes implicados en el sector energético que busquen soluciones para asegurar la continuidad de la planta. Según los representantes de los trabajadores, su cierre podría resultar en una «catástrofe económica y social sin precedentes» para la comarca de Campo Arañuelo y para toda Extremadura.
La región ya ha sido lo suficientemente castigada, y el cierre de la central significaría «condenar de nuevo» a Extremadura al acabar con su principal industria y con una «fuente de empleo de alta calidad». En su nota de prensa, el comité advirtió que esta situación llevaría a muchos trabajadores a «emigrar de nuevo» en búsqueda de oportunidades laborales fuera de la comunidad autónoma.
El shock económico que tendría en la zona el cierre de Almaraz aleja una vez más a Extremadura del desarrollo
Además, los trabajadores han calificado a la energía nuclear como un recurso fundamental para la industrialización de la región, enfatizando que en la actualidad existen importantes inversiones que dependen de un suministro eléctrico estable que solo la Central de Almaraz puede proporcionar. El comité también destacó que la instalación extremeña es un «referente mundial», con inversiones que ascienden a una media de 50 millones de euros anuales para la mejora y modernización de sus instalaciones. Esto, a su vez, indica que la central está en condiciones óptimas de operatividad y seguridad, con posibilidades de funcionamiento que podrían extenderse, incluso, hasta los 80 años.
Los trabajadores resaltaron que las empresas propietarias han mostrado disposición para continuar operando, siempre y cuando se eliminen las “discriminaciones fiscales” que actualmente enfrentan. En 2025, se prevé que estas empresas abonen 435 millones de euros en impuestos y tasas, una cifra que no solo supera todos sus costes operativos y de mantenimiento, sino que incluye cargas que son «redundantes y discriminatorias» en comparación con otras tecnologías, así como inexistentes en otros países con centrales nucleares.
Por último, el comité subrayó su descontento con lo que consideran una «subida injustificada» de la tasa ENRESA para la custodia de residuos, que ha aumentado un 30% a partir de 2024, a pesar de que no ha habido un incremento correspondiente en la cantidad de residuos generados.
El Comité de Empresa va a continuar en esta lucha porque no renuncia a la Central Nuclear de Almaraz
Los representantes de los trabajadores han reafirmado su compromiso por defender los derechos de sus compañeros y de la comunidad de Campo Arañuelo y Extremadura.
