La empresa de ingeniería Revenga ha admitido el pasado jueves que enfrenta «dificultades de liquidez» que han comenzado a tensionar su tesorería desde diciembre del año pasado. Este problema se debe, principalmente, a la acumulación de retrasos en el cobro de clientes por un total que supera los 5 millones de euros, como se ha indicado en un comunicado enviado al BME Growth.
Revenga ha señalado que actualmente está trabajando en soluciones tanto financieras como industriales para poder «ejecutar sus operaciones con normalidad». Entre las causas que han contribuido a su complicada situación de liquidez se encuentran también los retrasos en la renovación de alguna línea de financiación de comercio internacional.
Es importante mencionar que desde principios de enero de 2025, el consejero delegado, Arturo Revenga, se encuentra ausente por motivos de salud. En este contexto, el consejo de administración, en su reunión del 21 de enero de 2025, decidió asumir de manera completa las funciones gerenciales del consejero delegado mientras se designa a un nuevo CEO temporal que cumpla con el perfil requerido por el negocio.
La situación se ve agravada por la reciente dimisión de Pablo Martín Rodríguez, presidente de Izertis, quien dejó su cargo en Revenga, donde había ingresado como consejero en representación de Laren Capital
La salida de Martín Rodríguez, ocurrida solo cinco meses después de asumir el cargo, se justificó «por razones personales». Este directivo había adquirido un 5% de Revenga en septiembre de 2024, convirtiéndose en un socio de referencia con el objetivo de potenciar el plan de negocio de la empresa. De esta manera, ocupó el lugar de Alberto Fernández, que también había dimitido por «motivos personales». Además, cabe destacar que a finales de enero, Isabel Pardo de Vera, expresidenta de Adif y exsecretaria de Estado de Transportes, dejó el consejo de administración, alegando motivos personales que le impedían continuar en sus funciones.
