De manera preventiva, el Ministerio de Comercio había advertido previamente que abordaría con «contramedidas» las acciones de Estados Unidos. Asimismo, este organismo ha presentado una queja ante la Organización Mundial del Comercio, subrayando que las «medidas arancelarias unilaterales de Estados Unidos violan gravemente las normas y socavan las bases de la cooperación económica y comercial» entre ambos países.
Pekín ha recurrido a su «lista de entidades no fiables» para imponer sanciones a diez empresas estadounidenses, las cuales, según el Gobierno chino, están implicadas en la venta de armas a Taiwán, a pesar de la firme oposición de China, que considera que estas acciones socavan su soberanía y seguridad.
Las autoridades chinas expresaron su «firme oposición» a los aranceles impuestos por Estados Unidos, manifestando su descontento antes de los anuncios realizados por Trump. Un portavoz del Ministerio de Comercio pidió a las autoridades estadounidenses que «respetaran los derechos e intereses de otros países», advirtiendo que estas decisiones «dañan a otros y a sí mismos».
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La cartera ministerial también destacó que «China es uno de los países con las políticas de control de drogas más estrictas en el mundo» y que ambos países han llevado a cabo una extensa cooperación en este ámbito. Sin embargo, criticó que «la parte estadounidense ‘pasó la pelota’ y ha cometido errores una y otra vez», implementando aranceles adicionales basados en cuestiones relacionadas con el fentanilo. Esta postura, según Pekín, ignora la realidad y las reglas del comercio internacional, caracterizándose como un comportamiento unilateral e intimidatorio.


