Un reciente estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), publicado el pasado viernes, revela que un 30% de las familias españolas anticipa que 2025 será un año peor para su economía doméstica en comparación con 2024. Este análisis evalúa la situación económica de los hogares y su capacidad para afrontar 37 partidas básicas de gasto, categorizadas en seis áreas: vivienda, alimentación, salud, educación, movilidad, y cultura, ocio y tiempo libre.
El resultado de este informe se traduce en el Índice de Solvencia Familiar, que ha experimentado un ligero aumento, pasando de 46 puntos en 2023 a 47,4 puntos en 2024. Sin embargo, este valor continúa siendo inferior al de 2019, que era de 48,7 puntos, y a distancia de los 52,5 puntos registrados en 2020, justo antes de la crisis económica derivada de la pandemia. A pesar de la mejora, solo 18% de las familias creen que su situación económica mejorará, en contraste con el 30% que prevé dificultades para el próximo año.
Diferencias según comunidades autónomas
El estudio pone de manifiesto variaciones significativas en la solvencia familiar dependiendo de la comunidad autónoma. Las regiones con un índice de solvencia más bajo son Andalucía, Castilla-La Mancha, Baleares, Madrid, Extremadura y Canarias, todas ellas con puntuaciones inferiores a 47. Por el contrario, La Rioja y Navarra destacan con más de 50 puntos, aunque Navarra ha visto una ligera disminución respecto al año anterior, al igual que Aragón y Extremadura.
La OCU resalta un preocupante «estrechamiento» de la clase media, que ahora representa solo el 51% de los hogares, comparado con el 63% en 2018. A pesar de que el porcentaje de familias con un nivel alto de confort financiero ha aumentado al 33%, también lo ha hecho el número de familias con bajo confort, que alcanzan el 16%.
Las dificultades para ahorrar, aunque han disminuido ligeramente, aún afectan al 69% de los hogares. Las partidas de gasto más problemáticas siguen siendo las relacionadas con la vivienda y la alimentación. Otros gastos importantes incluyen los asociados al automóvil, que afectan al 48% de los hogares, seguidos de los relacionados con el dentista (46%), los suministros de gas, luz y agua (36%), la compra de gafas y audífonos (34%), la hipoteca (27%) y los gastos en salud mental (23%). Un dato relevante es que el 52% de los hogares considera difícil o muy difícil afrontar los gastos de vacaciones.