Un reciente estudio realizado por la patronal eólica europea WindEurope, en colaboración con la consultora VaasaETT, ha puesto de manifiesto cómo los altos impuestos y gravámenes sobre la electricidad en Europa afectan gravemente la viabilidad de la electrificación, situando al continente en una desventaja competitiva frente a potencias como Estados Unidos y China. Este informe analiza las tarifas de electricidad y los incentivos para la electrificación, señalando que, a pesar de las iniciativas del Pacto Industrial Limpio de la UE, la industria europea se enfrenta a costos eléctricos significativamente mayores.
El análisis incluyó datos de países como Francia, Alemania, España y Polonia, y reveló que los extracostes de electricidad en Europa son desproporcionadamente elevados, siendo casi quince veces más para los hogares y cuatro veces más altos para las industrias en comparación con China. La investigación subraya la necesidad urgente de una reforma para alinear los gastos eléctricos con los objetivos de descarbonización y mejora de la competitividad en Europa.
La electricidad está sobrecargada de impuestos y cargos en comparación con el gas
, lo que desalienta la transición hacia energías limpias. Además, se advierte que los cargos ocultos distorsionan aún más los precios y generan falta de transparencia, ya que estos costos no aparecen en las facturas eléctricas finales de los consumidores.
En lo que respecta a España, el estudio destaca la complejidad de las tasas reguladas y los costos ocultos, los cuales elevan los precios de la electricidad. Los hogares españoles enfrentan extracostes que son 19 veces más altos que los asociados al gas. Aun así, los precios para los consumidores residenciales son relativamente más favorables en comparación con otros países analizados, gracias a tarifas competitivas de la red. Por el contrario, las industrias enfrentan serias dificultades para competir debido a la elevada burocracia y la sensación de incertidumbre respecto a las reducciones temporales de la red.
WindEurope concluye que, pese a las ventajas de la electricidad renovable en comparación con los combustibles fósiles, los esfuerzos por electrificar en Europa se encuentran estancados, con tan solo el 31% del consumo energético industrial proveniente de la electricidad. Es posible elevar este porcentaje al 74% con tecnologías disponibles, lo que hace necesaria una revisión de las políticas tarifarias y la eliminación de los costos no relacionados con la energía.
El informe recomienda reducir las tarifas reguladas de la electricidad al mínimo
y hacer un traspaso de las tarifas de apoyo a las renovables a la tributación general para una mejor supervisión del gasto energético y fomentar la descarbonización.
