“Trabajo muchas horas delante del ordenador y cada vez veo peor”, “me cuesta conducir de noche porque no veo bien” o “qué mal veo a la gente por la calle” son algunas frases recurrentes en los grupos de amigos y familia. Se calcula que tres de cada cuatro españoles padecen algún problema visual, ya sea presbicia, miopía, ojo seco o glaucoma; entre otros.
En el caso de la presbicia o vista cansada, en torno al 81 % de los españoles de más de 45 años y el 98 % de los mayores de 65 padece esta dolencia ocular, lo que supone unos 17 millones y medio de personas. “La cirugía de presbicia o de vista cansada es una de las más demandadas, así como la de catarata. La prevalencia y la cantidad de pacientes que se están sometiendo a estas intervenciones es altísima. Aproximadamente, realizamos 2.500 procedimientos al año”, subraya el doctor Alfredo Castillo, responsable, junto con el doctor Carlos Palomino, del Servicio de Oftalmología del centro médico-quirúrgico Olympia Quirónsalud.
La presbicia o vista cansada es una condición natural en los seres humanos que consiste en la pérdida gradual de la capacidad del ojo para enfocar objetos de cerca. Ese enfoque se realiza a través de un cambio en la forma del cristalino que, con la edad, empieza a perder su elasticidad, reduciendo progresivamente la capacidad de enfoque.
Los principales síntomas que puede notar una persona con vista cansada son dificultad para enfocar objetos cercanos, con la sensación visual de que las letras “bailan” o están borrosas, una peor visión cuando hay poca iluminación; complicación para enfocar de lejos al fijar la vista durante un rato en un objeto cercano; necesidad de alejar de los ojos para leer mejor; cefalea o dolor de cabeza después de leer o fijar la vista durante periodos largos y cansancio ocular permanente, es decir, ojo seco, enrojecimiento, sensación de tener arena…
Por ello, el Dr. Castillo apunta que “las personas deben saber que en la gran mayoría de los casos se puede operar de la vista cansada”. Existen diferentes técnicas, entre las que destacan las lentes multifocales, que permiten ver de lejos, de medio y de cerca. “Antiguamente, se empleaban lentes monofocales, es decir, para una sola distancia, pero, con la llegada de las multifocales, ya cubrimos todo el espectro. Lógicamente, antes de decidir la mejor solución para cada caso, siempre se hace un estudio previo mediante un examen ocular completo”, añade.
El 81 % de los españoles de más de 45 años sufre presbicia o vista cansada, un porcentaje que asciende al 98 % entre los mayores de 65 años
Las lentes de contacto proporcionan una visión más natural que las gafas, pero tienen el inconveniente del recambio o tolerancia, entre otros. Por eso, la alternativa es la cirugía refractiva. Entre las principales técnicas, destacan la cirugía láser, los implantes de lentes báquicas y los de lentes intraoculares, como son la visión multifocal y la combinada.
Respecto a la visión multifocal, “el procedimiento consiste en sustituir una lente natural, llamada cristalino, por una artificial que colocamos en el mismo sitio que ocupaba el cristalino. Este se aspira mediante microcirugía con un sistema emisor de ultrasonidos”, explica el Dr. Carlos Palomino.
Además, añade, “operamos un ojo y, a la semana siguiente, el otro, consiguiendo que, el paciente, durante el resto de su vida, pueda ver bien sin usar ningún tipo de gafas tanto para ver de lejos como de cerca y de media distancia, lo cual representa una absoluta comodidad”. El procedimiento es rápido y sin molestias y el paciente “está rehabilitado al día siguiente incluso para conducir, trabajar con el ordenador y hacer su vida normal”.
Si las condiciones del ojo están bien, subraya el facultativo, la cirugía de presbicia se puede realizar a partir de la década de los 40, si la persona es hipermétrope, y a partir de la década de os 50 si es miope. En ese sentido, asegura que el paciente que reciben en consulta y que quiere someterse a esta intervención “es aquel que está cansado de llevar gafas, el que quiere salir de su casa sin necesidad de acordarse de que tiene que coger las de cerca o las de lejos y el que, cuando se pone sus gafas de lejos, no ve el navegador o, cuando se pone las de cerca, ve el cuentakilómetros, pero no la carretera. Todo esto es una incomodidad importante. Hay un porcentaje muy grande de pacientes que no se adaptan a las gafas multifocales o progresivas”.
Por otro lado, señala que, “normalmente, la mayoría de las personas no quieren depender del uso de gafas para actividades tan cotidianas como leer los mensajes de un móvil, el precio de un producto, talla de una prensa…”. En definitiva, los expertos hacen hincapié no solo en la comodidad de no llevar gafas, sino también en “el hecho de que, hoy, la mayoría de nuestra actividad la realizamos en distancias medias, siendo un 40 %; en distancias cortas, un 30 % y, en lejanas, otro 30 %”.
Respecto a la cirugía de catarata, los responsables del Servicio de Oftalmología de Olympia aseguran que “es el procedimiento más realizado en Oftalmología y, principalmente, se plantea en pacientes a partir de los 45 años”. Se trata de una intervención ambulatoria, con anestesia tópica y de rápida recuperación, ya que la persona puede retomar sus actividades cotidianas rápidamente.
“Cada vez tenemos más pacientes que quieren someterse a una cirugía de catarata porque tienen mayores necesidades visuales, ya sea por la conducción, por el trabajo frente a un ordenador, o por hobbies”, indica el Dr. Alfredo Castillo, quien asegura que cada vez hay más personas que solicita en consulta una cirugía de catarata o de vista cansada, o de retirada de las gafas.
Ojo seco, la enfermedad más predominante
Otra de las dolencias oculares más prevalentes hoy en día es la enfermedad del ojo seco (EOS), un síndrome multifactorial, complejo y crónico que afecta a la superficie ocular y que provoca molestias, problemas visuales y, en ocasiones, lesiones en la córnea y la conjuntiva.
El Dr. Palomino asegura que se trata de la enfermedad “más predominante que hay actualmente en la especialidad. El 24 % de los pacientes que acuden a las consultas sufren alguna alteración de la superficie ocular, es decir, de ojo seco”. Esta afección produce “una incomodidad muy grande”, sostiene, ya que una persona con un ojo seco medio o severo “puede tener la misma angustia que con una angina de pecho. Es decir, es muy limitante”.
Dr. Carlos Palomino: “Desde que somos pequeños, estamos usando los ojos con dispositivos electrónicos y ordenadores: ahora la vista se desgasta mucho más por el uso que le damos”
En ese sentido, tener sequedad en los ojos “no solo hace que la persona se esté acordando de ellos constantemente, sino que, además, los tiene rojos, le pican y, en momentos determinados del día, puede perder hasta un 30 % de calidad visual”.
El experto subraya que “la frase ‘tengo un lumbago’ va disminuyendo porque la gente ya no carga cosas en la espalda ni levanta pesos, ahora lo que aparece es que, desde que somos pequeños, estamos usando los ojos con dispositivos electrónicos y ordenadores desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. Por lo tanto, ahora la vista se desgasta mucho más por el uso que le damos”.
La prevalencia, concluye el Dr. Castillo, es mucho mayor en mujeres que en hombres por un tema hormonal, en concreto, “con una proporción de 10 mujeres por cada varón afectado”. La menopausia, los estrógenos, etc. influyen en la aparición de esta enfermedad ocular. También hay una clara predisposición por el uso de ordenadores.


