El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha manifestado su expectativa de dialogar con el presidente de China, Xi Jinping, a finales de esta semana, tras el anuncio de un acuerdo que suspenderá la mayor parte de los aranceles vigentes entre ambos países durante un periodo de 90 días. Durante una rueda de prensa, Trump afirmó: «Logramos un reajuste total con China tras unas productivas conversaciones en Ginebra». Sin embargo, destacó que este pacto no abarca los aranceles aplicados a automóviles, acero, aluminio ni a productos farmacéuticos.
El mandatario estadounidense subrayó que el tema central de discusión es la apertura de China, aclarando que, aunque se ha acordado avanzar en este aspecto, «va a llevar tiempo plasmarlo en papel». Trump insistió en que «han acordado abrir China, abrir China por completo», lo que, según su perspectiva, sería beneficioso tanto para China como para Estados Unidos, al implicar la eliminación de barreras no monetarias.
Para Trump, sería fantástico para las empresas de Estados Unidos poder competir con China, generando así una cantidad significativa de empleos en el gigante asiático.
En su intervención, Trump subrayó que no busca perjudicar a China y que ha estado al tanto de los desafíos que enfrenta, incluyendo el cierre de fábricas y el malestar general. La relación entre ambas naciones, a su juicio, se ha fortalecido, indicando que su conversación con Xi se podría llevar a cabo «quizás a finales de semana».
El acuerdo alcanzado entre Estados Unidos y China, anunciado hoy, incluye la suspensión de importantes aranceles aplicados mutuamente después de las conversaciones que tuvieron lugar en Suiza durante el pasado fin de semana. En concreto, Estados Unidos suspenderá los aranceles recíprocos sobre importaciones chinas, que verán su gravamen reducido de un 145% a un 30%, mientras que China disminuirá las tarifas de importación desde Estados Unidos al 10% en lugar del actual 125%.
Jamieson Greer, Representante Comercial de EEUU, explicó que lo fundamental del acuerdo es que ambos países han decidido reducir el arancel recíproco y las represalias del 115% al 10%. Además, destacó que los aranceles del 20% sobre productos chinos relacionados con el fentanilo seguirán su propio cauce, aunque se refirió al progreso de las conversaciones como «muy positivo». Por último, Washington y Pekín han señalado en un comunicado conjunto que se establecerá un mecanismo para dar continuidad a las conversaciones sobre las relaciones económicas y comerciales entre ambos países.
