La escalada del proteccionismo a nivel global está transformando profundamente las dinámicas del comercio internacional, y con ello, impactando de forma directa en el sector asegurador. En 2025, la reactivación de políticas arancelarias por parte de Estados Unidos, con aranceles del 20% a productos europeos y del 34% a bienes chinos, ha generado una nueva ola de incertidumbre económica global. Esta situación pone en tensión a las cadenas de suministro, reduce los flujos de inversión y altera la percepción de riesgo en mercados clave. Las aseguradoras, como garantes de la estabilidad económica ante imprevistos, se ven obligadas a adaptarse con rapidez a un entorno donde la fragmentación comercial y las tensiones geopolíticas son cada vez más frecuentes.
En España, aunque la exposición directa a las exportaciones hacia Estados Unidos no es tan elevada como en otros países europeos -representa alrededor del 5% del total según el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo-, los efectos indirectos ya comienzan a sentirse. Sectores estratégicos como el agroalimentario, el automóvil o el farmacéutico están viéndose afectados por el encarecimiento, la ralentización del comercio interregional y la incertidumbre regulatoria. El caso del vino y del aceite de oliva llama la atención: según la Federación Española del Vino, una prolongación de los aranceles podría representar una pérdida de hasta 400 millones de euros anuales para el sector.
Este nuevo escenario también plantea desafíos específicos para el sector asegurador. Por un lado, aumenta la demanda de coberturas frente a riesgos comerciales y políticos: el seguro de crédito a la exportación, el seguro de interrupción de negocio por eventos geopolíticos y el seguro de transporte están experimentando un crecimiento sostenido. Según el último informe Insurance Risk Radar 2025 de Swiss Re Institute, los eventos geopolíticos se sitúan ya entre los cinco principales factores de riesgo globales que más preocupan a las aseguradoras, junto con el cambio climático, los ciberataques, la inflación persistente y la desaceleración económica.
Por otro lado, este entorno requiere una recalibración de los modelos actuariales y de la gestión de carteras de inversión. El aumento del riesgo soberano, derivado del deterioro de las relaciones entre bloques económicos, eleva la prima de riesgo de los activos vinculados a países en conflicto comercial. El Fondo Monetario Internacional, en su Informe de Estabilidad Financiera Mundial, publicado en abril de 2025, advierte que la intensificación del proteccionismo puede generar una contracción del comercio global del 1,4% y un aumento del coste de financiación soberana en mercados emergentes de hasta 70 puntos básicos.
El papel del seguro como facilitador del comercio cada vez es más relevante. De hecho, según el informe World Insurance Report 2024 elaborado por Capgemini y Efma, el 67% de las aseguradoras europeas prevé rediseñar sus productos internacionales en los próximos 18 meses para ajustarlos a un nuevo marco de relaciones comerciales más segmentado y menos predecible.
Aumenta la demanda de coberturas frente a riesgos comerciales y políticos
En paralelo, las aseguradoras están reforzando sus unidades de análisis de riesgo geopolítico. Grandes compañías como Allianz, Mapfre o Zurich han creado divisiones especializadas en "inteligencia de mercado internacional", con el objetivo de ofrecer cobertura de riesgos políticos personalizada a multinacionales expuestas en zonas de alta volatilidad. En el caso de Mapfre, según su último informe de sostenibilidad, de 2024, se ha ampliado la cobertura de seguro de crédito a exportaciones en más de un 18% respecto al año anterior, impulsado principalmente por la reorientación de clientes hacia mercados no tradicionales.
Es evidente que el endurecimiento de las políticas comerciales, enmarcado en una ola proteccionista cada vez más extendida, obliga al sector asegurador a repensar su modelo de negocio. Pero lejos de convertirse sólo en una amenaza, este contexto también tiene su parte positiva ya que abre la puerta a nuevas oportunidades: productos adaptados, asesoría estratégica a empresas exportadoras, uso intensivo de tecnología para análisis de riesgos y mayor relevancia como actor estabilizador en la economía global.
El sector asegurador español ante un nuevo orden económico
Elena Jiménez de Andrade, presidenta del Colegio de Mediadores de Seguros de Madrid, concluye que, pese a las incertidumbres económicas actuales, “la evolución del sector asegurador en España está siendo positiva”. “Observamos un gran dinamismo en seguros relacionados con la salud, vida-riesgo y especialmente en productos vinculados a la sostenibilidad y protección digital, como los ciberseguros. Por otro lado, enfrentamos desafíos significativos en seguros de automóviles y hogar, principalmente por el incremento de costes derivado de la inflación y la creciente siniestralidad”.
En cuanto a los principales retos y oportunidades que enfrenta la mediación de seguros en los próximos años, Jiménez de Andrade destaca “la adaptación continua a los avances tecnológicos, la competencia creciente de canales digitales directos y la necesidad de atraer nuevo talento joven y especializado”. “Las oportunidades vienen de la mano de una mayor especialización técnica, la digitalización como apoyo al asesoramiento cercano y personalizado, y la capacidad de los mediadores para aportar valor en un mercado cada vez más complejo”.
La presidenta del Colegio de Mediadores de Seguros de Madrid asegura que apuestan firmemente por la formación especializada y continua, la adopción de herramientas digitales avanzadas y la promoción activa de la profesión ante la sociedad, “destacando el valor único e insustituible del asesoramiento personalizado que ofrece un mediador profesional”. “Nuestra estrategia pasa por acompañar y apoyar a los colegiados en cada fase del proceso de adaptación al cambio, para garantizar su liderazgo futuro en el mercado asegurador”, concluye la experta.

