Viajes

El distrito cultural que aspira a ser una nueva atracción en la otra orilla del Duero

Fundada en la época romana y desarrollada como ciudad comercial medieval, sus calles conservan la traza original, con edificios que van del siglo XII al XVIII

Por Marta Díaz de Santos / Mario Talavera

Junto a Oporto, tan cerca que puede considerarse lo mismo, encontramos una zona que a principios de siglo no era ni mucho menos lo mismo que es hoy. Este distrito cultural fue construido prácticamente desde cero, aprovechando las viejas bodegas que permanecían abandonadas.  

Lo que encontramos hoy es un conjunto de museos, propuestas gastronómicas y, como una de sus grandes joyas, unas vistas inigualables de la ciudad de Oporto y de su famoso puente. Hablamos de WOW - The Cultural District, que reúne una oferta cultural para todo tipo de públicos y bolsillos. La inversión para ponerlo en pie supera los 100 millones de euros. 

Entre todos sus museos habría que considerar también el hotel The Yeatman, que por sí solo merece una visita. En sus pasillos se pueden encontrar numerosas colecciones, pertenecientes a Adrian Bridge, el impulsor de este complejo. Todas las habitaciones cuentan con una espectacular terraza. Además, están diseñadas conforme el nombre que se les ha dado, el cual alude a una bodega específica, en lo que se entiende como un homenaje a todo lo que significa el mundo del vino. 

El huésped puede disfrutar de una bodega dentro del propio hotel, una piscina interior y otra exterior, un espacio para masajes, varios espacios gastronómicos. En particular, destaca The Yeatman Gastronomic Restaurant, que consiguió su segunda Estrella Michelin en 2017 bajo la batuta del chef Ricardo Costa.  

The Wine Experience 

Y a partir de ahí, una variedad de hasta seis museos que giran en torno al vino, a lo que podemos añadir la visita a las Bodegas Taylor’s. En primer lugar, destaca The Wine Experience, el verdadero ancla de todo el proyecto. No hay que llevarse a engaño: este museo admite la visita de cualquiera que esté mínimamente interesado en el néctar del Duero. 

Su fortaleza es que cubre todo el proceso. Por ejemplo, que la composición de la tierra influye en el tipo de vid, y ello a su vez en los materiales que se usan en la zona para construir. Asimismo, encontramos una galería de arte, en la que un artista interpreta en sus cuadros cómo sería cada variedad de vino. El entorno interactivo convierte esta visita en una experiencia. Por supuesto, no tendría sentido marcharse de este lugar sin deleitarse con el vino de este lugar. Por ello, al final del recorrido encontramos una cata conducida por un enólogo. Y discurre como el resto del museo: no de forma rígida y encorbatada, sino con una charla amena y que anima al visitante a involucrarse en ella. 

Lo que encontramos hoy en WOW Porto es un conjunto de museos, propuestas gastronómicas y, como una de sus grandes joyas, unas vistas inigualables de la ciudad de Oporto

Bodegas Taylor’s 

Este punto requiere algo de interés por el vino de Oporto, pero ni mucho menos ser un experto. No es un museo, sino unas bodegas activas donde envejece el característico vino de Oporto: dulce, intenso y con cuerpo. La imagen de innumerables toneles de roble llama la atención del visitante, como también el olor, que escapa de las cubas. 

El recorrido muestra la evolución de esta enseña, que fue la primera en establecerse en la región para cosechar su propia uva. Hasta ese momento, la tónica habitual consistía en establecerse solo para comercializar el vino en Reino Unido como hacían el resto. Toda esa evolución envuelve el lugar, donde la tradición se puede observar en cada esquina. Al finalizar, también se puede degustar este vino, que democratizó sus precios para poder ser servido para todos los públicos, y no solo para los paladares más pudientes.  

Pink Palace 

Pink Palace es la propuesta más llamativa de este gigantesco proyecto. Y al decir llamativa, sobre todo nos viene a la cabeza la cantidad de fotos que uno puede hacerse en este palacio rosa, donde tampoco se pierde de vista el vino. En este caso, el vino rosado se convierte en protagonista, con la cata de hasta cinco variedades. 

El espacio está pensado para el disfrute visual, donde podemos encontrar desde paisajes que recuerdan a la Toscana, hasta un Cadillac rosa o un salón inspirado en aquellos del Lejano Oeste.  

The art of Drinking – The Bridge Collection  

Puede que esta sea la experiencia más sorprendente de todo el distrito. A priori, es tan simple como una gigante colección de copas y otros recipientes para beber. Pero está enfocado como un recorrido por la historia de la humanidad, con piezas que cuenta por miles sus años de vida.  

Así, hay copas de civilizaciones ya olvidadas, de la Grecia y la Roma clásicas, de China… Todas estas piezas desembocan en los últimos siglos, en los que el acto de beber se convierte en una muestra de distinción. Como ejemplos, las bellas copas de cristal de Murano. Una visita muy recomendable para todo aquel que esté interesado en la historia y busque ese toque de sorpresa y arte que todo el mundo busca en los museos. 

Porto Region Across the Ages 

Siguiendo con la historia, Porto Region Across the Ages presenta el museo más convencional en cuanto al contenido, que no en el continente. En este caso, está centrado en la historia de la región de Oporto, así como de la propia Portugal y su tradición navegante.  

El paso por esta galería reclama una mayor cantidad de tiempo para ver y experimentar los numerosos vídeos y materiales que ahondan en la historia de la ciudad. Especialmente interesantes las partes dedicadas a la invasión francesa de Oporto, así como la del Ponte das Barcas, que colapsó en 1809.  

The Chocolate Experience 

¿Por qué el chocolate iba a merecer un lugar especial en un distrito dedicado al vino? La respuesta es que el chocolate marida bien con el vino, especialmente con el de Oporto. De hecho, puede que ni siquiera hiciera falta responder la pregunta para dedicarle un museo. 

En esta galería asistimos al proceso de fabricación del chocolate, la cosecha del cacao, su descubrimiento por parte de los conquistadores europeos y su consumo en la actualidad. Incluso podemos probar cómo sabe el cacao tostado que luego se convierte en chocolate.  

Planet Cork 

También el corcho merece una mención si hablamos de vino. Encapsula todo el saber hacer de los bodegueros, pero se puede usar para muchas más cosas. De nuevo, los materiales interactivos y las recreaciones toman el espacio para explicar a los visitantes todo lo que necesiten saber sobre el corcho.  

Eventos y experiencia gastronómicas 

La oferta cultural es uno de los ganchos, pero no el único. Las vistas de Oporto ofrecen una gran oportunidad para disfrutar de eventos, como las fiestas que se organizan en torno a diferentes hitos: las fiestas de São João, el festival de la sardina o de la cerveza artesanal, por ejemplo. 

Más allá de esos eventos, el visitante tiene a su disposición una útil variedad gastronómica. ¿Cocina portuguesa? T&C. ¿Platos de pescado? Golden Catch. ¿Música en directo? Angel’s Share. ¿Para toda la familia? PIP Restaurant. 

Capítulo aparte merece Barão Fladgate, ubicado en la propia bodega Taylor’s. Las vistas son lo más especial de este sitio, que también se distingue por el servicio. 

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