Durante décadas, Indra ha sido uno de los referentes tecnológicos en España y Europa, desarrollando soluciones avanzadas en transporte, tráfico aéreo, servicios digitales y consultoría tecnológica. Su participación en proyectos clave para la aviación civil, la gestión ferroviaria y las infraestructuras inteligentes le valió una posición sólida en el panorama empresarial. Sin embargo, en los últimos años, la compañía ha experimentado una transformación estratégica que está redefiniendo su identidad: Indra ha dejado de ser simplemente una empresa tecnológica multisectorial para centrarse de manera decidida en el ámbito de la defensa, con el objetivo declarado de convertirse en la gran multinacional española de referencia en el sector.
Este viraje no ha sido accidental, sino resultado de una planificación ambiciosa impulsada por su actual presidente, Marc Murtra, y por su CEO para el área de Defensa y Seguridad, José Vicente de los Mozos. Bajo su liderazgo, Indra ha diseñado un modelo empresarial completamente nuevo, agrupando sus capacidades bajo el llamado "Grupo Indra", con divisiones especializadas en defensa, tráfico aéreo, espacio y consultoría digital. Esta reorganización busca dotar a la compañía de mayor agilidad, foco operativo e internacionalización para competir de tú a tú con gigantes europeos como Thales, Leonardo o Saab.
La ambición de Indra en defensa es clara: liderar el rearme industrial europeo y situar a España en la primera división tecnológica del sector. Para ello, la empresa ha apostado por una expansión acelerada, tanto orgánica como inorgánica. En los últimos meses ha anunciado que estudia más de veinte posibles adquisiciones, que incluyen pymes tecnológicas, integradores industriales y compañías estratégicas tanto en España como fuera. Uno de los movimientos más destacados ha sido su interés por crear una división de sistemas terrestres, para lo cual puja por la planta de blindados de Duro Felguera en Asturias y por otras compañías como Escribano Mechanical & Engineering o la división militar de Iveco. Estos pasos buscan dotar a Indra de capacidades industriales propias para diseñar y fabricar desde vehículos hasta sensores, radares o sistemas de mando y control.
Paralelamente, la empresa ha fortalecido su apuesta por la I+D con proyectos punteros en inteligencia artificial, ciberdefensa, satélites, visión avanzada y sensores antidrón. Ha lanzado plataformas como IndraMind, destinadas a revolucionar las operaciones militares y civiles con inteligencia de misión crítica. Además, ha creado laboratorios tecnológicos que integran gemelos digitales, fotónica, computación cuántica y fabricación aditiva, mostrando su intención de liderar no solo en volumen, sino en innovación disruptiva.
Indra, en el epicentro del rearme europeo: ambición y desafíos
Este proceso de transformación se produce en un momento geopolítico clave. La guerra en Ucrania ha impulsado un nuevo ciclo de gasto militar en Europa, y España, que históricamente había invertido poco en defensa, se prepara para alcanzar el 2 ,1% del PIB en presupuesto militar. Indra se ha posicionado como el principal contratista de referencia del Estado en este contexto, liderando varios de los programas de modernización más importantes y atrayendo financiación pública y europea para consolidar su papel tractor.
Los resultados ya se están dejando ver: su cartera de pedidos en defensa ha crecido con fuerza, sus acciones han alcanzado máximos históricos y las previsiones financieras apuntan a superar los 10.000 millones de euros en ingresos para 2030. Pero este crecimiento no está exento de desafíos. La empresa ha sido objeto de polémicas por su creciente influencia institucional y por la concentración de poder, especialmente en lo relativo a compras estratégicas. También enfrenta el reto técnico e industrial de ejecutar con éxito su expansión en sectores donde aún no tiene recorrido consolidado, como el terrestre.
Indra recibe 385 millones del BEI para abrir un centro de tecnología avanzado en Torrejón de Ardoz
