El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, ha criticado duramente la posición que, según él, mantiene la Unión Europea en las negociaciones comerciales con Estados Unidos. A su juicio, la postura de la UE es «débil» comparada con la del «peso pesado» que representa el presidente norteamericano, Donald Trump.
El problema es que en nombre de Estados Unidos tenemos a un peso pesado como negociador
En declaraciones a la prensa antes de su participación en el Consejo Europeo en Bruselas, Orbán subrayó su preocupación: «de nuestro lado, la Unión Europea tiene una capacidad y habilidad ligera de los líderes para negociar». Este encuentro reúne a los líderes de la UE y centrará gran parte de sus discusiones en cuestiones geoeconómicas, en particular las complejas relaciones entre la UE y Estados Unidos tras la llegada de Trump a la Casa Blanca.
Las conversaciones incluyen el análisis del estado actual de las negociaciones entre Washington y Bruselas, que actúa en nombre de los 27 países miembros, con el objetivo de llegar a un acuerdo que permita reducir los aranceles americanos sobre las producciones europeas antes del 9 de julio. Esta es la fecha límite que ambas partes han establecido para cerrar un trato, antes de que la UE tome medidas de represalia.
Preocupación por la debilidad negociadora europea
El primer ministro húngaro ha reiterado que «el problema» radica en que el negociador estadounidense es «muy fuerte», mientras que el europeo es «bastante débil». Las negociaciones en nombre de la UE están lideradas por el comisario de Comercio, Maros Sefcovic, aunque la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, también ha mantenido conversaciones directas con Trump. Ambos acordaron intensificar las conversaciones para cerrar un acuerdo que beneficie a ambas partes.
La necesidad de explorar acuerdos con otros socios comerciales fiables en el resto del mundo
se presenta como una prioridad para la cumbre y representa una oportunidad para que la UE diversifique sus alianzas en un entorno comercial global cada vez más complejo. El desenlace de estas negociaciones será crucial para definir el futuro de las relaciones comerciales transatlánticas y la posición económica de la Unión Europea en el escenario mundial.
