El reciente aumento del Índice de Precios al Consumidor (IPC) en Bolivia ha alcanzado niveles históricos, situándose en el 15,53% durante los primeros seis meses de 2023, según datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Este repunte es el más alto desde 2008 y contrasta con el 9,81% observado en mayo. El aumento mensual en junio fue del 5,21%, casi duplicando el 3,65% registrado en el mes anterior.
El INE ha identificado varios factores que han contribuido a esta aceleración de la inflación, destacando los bloqueos en las carreteras y el aumento de la conflictividad política a pocos meses de las elecciones como razones principales.
La entidad ha destacado que el incremento de la inflación está vinculado a problemas logísticos en el transporte y tensiones políticas crecientes.
Además, al analizar la inflación por productos, algunos artículos básicos han experimentado incrementos significativos. Las patatas han registrado un aumento del 20,80%, seguidas por las cebollas con un 16,41% y la carne de vacuno con hueso con un 13,39%. Por el contrario, se observa un abaratamiento notable en productos como los tomates, que han disminuido un 15,61%, así como las mandarinas (-2,10%) y los limones (-2,06%).
Cuando se examinan los datos de inflación por divisiones, se observa que los bienes y servicios han experimentado un encarecimiento del 9,21% hasta junio. En el caso de los alimentos y las bebidas no alcohólicas, su incremento se sitúa en el 8,50%.
En contraste, sectores como la educación y la vivienda y servicios básicos muestran incrementos relativamente leves, del 0,09% y el 0,75% respectivamente.
El panorama inflacionario en Bolivia parece complejo, con implicaciones directas para la población y el panorama económico de cara a las próximas elecciones, resaltando la necesidad de medidas efectivas para estabilizar la economía.
