¿Llegar a tiempo en verano? Misión imposible. Julio y agosto son conocidos por un descenso del tráfico en Madrid. Con media ciudad de vacaciones, la otra media disfruta de su capital con mayor tranquilidad, menos prisas y aglomeraciones. Pero este mes de julio da igual a qué hora salgan de casa, puesto que el resultado más probable es un retraso y algún que otro cabreo, ya sea si se utiliza el transporte público o el coche.
Las últimas semanas están siendo difíciles de llevar para todos aquellos que tienen que moverse, con obras en la M-40, en la M-50 o las que llevan produciéndose todo este año y el pasado en Atocha. Pero lo que está ocurriendo con el Cercanías se lleva la palma. Si el servicio ya dejaba mucho que desear, ahora la situación está comenzando a ser tensa.
Desde este mes de julio, el servicio de la línea entre Móstoles y Humanes (C5) está suspendido entre las estaciones de Embajadores y Villaverde Alto, lo que ha obligado a los usuarios a optar por otras alternativas. Además, el 19 de julio comienzan otros trabajos de mantenimiento que afectan a la línea entre Parla y Colmenar Viejo (C-4), así como a la que une Aranjuez y Chamartín (C-3). Ese día se cierra el túnel de Sol, por lo que el tramo intermedio queda cortado.
Para paliar el corte del servicio en la línea C-5, Renfe se comprometió a ofrecer 20.000 plazas adicionales en la línea C-4, algo que es difícil de medir por las cuantiosas incidencias que se están produciendo. Este mismo miércoles, desde megafonía se anunciaban nuevas incidencias en las instalaciones entre Villaverde Alto y Villaverde Bajo que produjeron demoras, detenciones o cambios de recorrido.
Igualmente, este jueves se comunicaba una avería en el túnel de Sol, con la consecuencia de que el tren en dirección al norte se desviaría por el túnel de Recoletos. Para ilustrarlo, incidencias como esa están provocando graves retrasos en la línea. Por ejemplo, el tren proveniente de Parla y con destino en Colmenar Viejo, cuyo paso entre Villaverde Bajo y Atocha debería llevar 10 minutos, en esta ocasión se ha extendido desde las 9:25 hasta las 9:59, es decir, más del triple de lo habitual.
Preocupación por la seguridad en los trenes
El nerviosismo de los viajeros se está haciendo notar en las estaciones y en los propios trenes. Desde este miércoles se está pudiendo ver cómo se están distribuyendo los guardias de seguridad en los vagones. De esa forma, se puede contabilizar un guardia de seguridad por cada puerta.
La tensión aumenta con cada anuncio por megafonía, que suelen servir para caldear los ánimos, además de para comunicar un nuevo retraso. Los usuarios responden con enfado e impaciencia a estos comunicados, que se producen con los trenes llenos y parados en mitad de las vías. Todo ello antes incluso de la fecha oficial en la que se habían anunciado el comienzo de las obras.
Estas dificultades para el transporte se suman a las que está provocando el mantenimiento de la línea 6 de metro. Del 31 de mayo al 12 de septiembre está cortado el tramo oeste, entre Moncloa y Méndez Álvaro. Además, en este momento también hay cortes en la autovía A-5, relacionados con el soterramiento de dicha vía.
