Recientes movimientos dentro del sector financiero estadounidense han generado tensiones significativas entre las instituciones bancarias tradicionales y las plataformas de intercambio de criptoactivos. Las patronales bancarias, incluyendo la Asociación Americana de Banca, el Instituto de Política Bancaria y la Asociación de Banca de Consumo, han levantado la voz ante el Gobierno de Donald Trump. Su petición: prohibir a estas plataformas la capacidad de pagar intereses o proporcionar incentivos por la posesión de ‘stablecoins’, una prerrogativa que los bancos no disfrutan.
La Ley Genius, aprobada en julio con el objetivo de regular el mercado cripto, ha sido el epicentro de este conflicto. Aunque prohíbe a los bancos remunerar la tenencia de ‘stablecoins’, permite a las plataformas de intercambio ofrecer intereses o recompensas si tales instrumentos financieros fueron emitidos por terceros. Esta diferencia ha sido señalada por las organizaciones bancarias como un posible «agujero» que podría desequilibrar el mercado financiero.
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Este posible flujo masivo de capital se debe al atractivo de los intereses que las ‘stablecoins’ podrían ofrecer. Las instituciones bancarias advierten que este fenómeno implicaría un mayor riesgo de pánicos bancarios, especialmente en tiempos de crisis. La falta de solidez en los depósitos bancarios podría influir negativamente en la creación y concesión de créditos, elevando a su vez los costos de financiación para familias y empresas.
La situación ha suscitado un debate sobre cómo se deben tratar las ‘stablecoins’ dentro del marco regulatorio actual y cuál debería ser el papel de las plataformas de intercambio en la economía moderna. En un entorno donde las ‘stablecoins’ ganan cada vez más popularidad, la respuesta del gobierno y los reguladores podría definir el futuro del sector financiero en Estados Unidos. Las voces críticas instan a un enfoque equilibrado que evite debilitar a las instituciones financieras tradicionales mientras se navega el terreno inexplorado de los criptoactivos.
