El Banco Sabadell ha manifestado su preocupación respecto a las condiciones impuestas sobre la oferta pública de adquisición (OPA) del BBVA, argumentando que la cláusula de autonomía de gestión incrementa las dificultades para lograr sinergias esperadas. Tanto el consejo de administración de Sabadell como sus altos directivos han expuesto esta visión en un informe de rechazo, presentado en una rueda de prensa reciente.
A finales de junio, el Consejo de Ministros autorizó la OPA de BBVA a condición de que se mantenga la gestión y el patrimonio de ambos bancos por separado durante, al menos, tres años, prorrogables a cinco. Esta medida no solo postergaría cualquier posible fusión hasta 2029 o 2031, sino que también impediría obtener sinergias inmediatas.
En el folleto de la OPA, BBVA proyecta que, durante el primer año, no se obtendrían sinergias significativas, pero espera lograr aproximadamente 235 millones de euros en sinergias operativas y de costes de financiación antes de 2028. Según sus estimaciones, estas sinergias se obtendrán gracias a economías de escala, revisiones contractuales y mejoras en productividad.
Las limitaciones impuestas por el Consejo de Ministros impedirán a BBVA una gestión integrada y global de la política comercial y de recursos humanos
En cambio, Sabadell considera que estos planes son incompatibles con las restricciones gubernamentales y que intentar implementarlos podría constituir una infracción grave de la normativa de defensa de la competencia. «Un potencial incumplimiento […] constituye una infracción muy grave,» advirtió el Sabadell.
Sabadell también pone en duda la capacidad de BBVA para ejecutar la fusión en el tiempo previsto. En opinión del CEO de Sabadell, César González-Bueno, BBVA ha adoptado un enfoque demasiado optimista al considerar que la fusión puede ser operativa en el primer año tras la finalización del período de autonomía de gestión. Además, el directivo incide en que el decreto establece un rango de tres a cinco años, no solamente tres.
Finalmente, González-Bueno crítica que BBVA asuma que la fusión será inmediata al término del período de autonomía: «El decreto establece que serán tres o cinco años. Y el folleto establece que, directamente, serán tres. La fusión se da por hecho y se anticipa a 2028. Bueno, en la práctica no está garantizada». Así, dejó claro que la autorización del Gobierno es un condicionante esencial que todavía no ha sido resuelto.
