El Banco de España ha revisado a la baja su previsión de déficit público para 2025, situándola en un 2,5% del PIB, tres décimas por debajo del pronóstico anterior. Este ajuste se debe a un aumento en los ingresos públicos, impulsado por el dinamismo de la actividad económica, a pesar de un incremento en los gastos. Esta nueva estimación se ubica por debajo del objetivo gubernamental del 2,8% del PIB.
El informe actualizado, difundido recientemente, también ajusta las expectativas para 2026 y 2027. Se prevé que el déficit en ambos años sea del 2,3% del PIB, mejorando la proyección del 2,6% planteada en junio. El informe señala que desde ese mes «apenas se han anunciado nuevas medidas relevantes en materia fiscal», a excepción de la ampliación de permisos de nacimiento y cuidado del menor, que tiene un impacto presupuestario limitado.
En cuanto a la deuda pública, el Banco de España anticipa una ligera reducción en la ratio, que pasará del 101,8% del PIB en 2024 al 100% en 2027, mejorando así la estimación anterior. Esta proyección incluye el impacto de los gastos relacionados con la DANA de octubre de 2024, que representarían seis décimas del PIB entre 2024 y 2026.
Respecto a la inflación, se ha revisado al alza la previsión para 2025 en una décima, alcanzando el 2,5%, debido a los mayores precios energéticos. El director general adjunto de Economía del Banco de España, Galo Nuño, explicó que la desaceleración en los precios de los servicios ha sido inferior a lo previsto, lo que ajusta a la baja el IPC de este año.
El Banco de España estima que la inflación subyacente se sitúe en el 2,4% en 2025, una reducción modesta comparada con 2024
Para el bienio 2026-2027, se anticipa que la inflación de los servicios se desacelere hasta acercarse al 2%, en un contexto de menor actividad económica y moderación de flujos turísticos. Sin embargo, el repunte de la inflación en 2027 se debe principalmente a la introducción de un nuevo régimen de comercio de derechos de emisión en la UE.
El Banco de España ha destacado que el aumento del precio de la vivienda, que alcanzó el 2,9% en el segundo trimestre, ha impulsado el incremento promedio de la riqueza familiar. No obstante, también advierte de que para jóvenes, extranjeros y no propietarios, esta realidad representa un «drama social».
El crecimiento del precio de la vivienda ocasiona problemas de movilidad e integración de inmigrantes
Este fenómeno, según Nuño, podría convertirse en un «cuello de botella» para el crecimiento económico de España, afectando negativamente la emancipación de los jóvenes y la formación de nuevos hogares, lo que a su vez impactaría en la economía del país.
