El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha declarado que, en el actual entorno económico, no existe un «amplio apoyo» dentro del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) para un recorte de 50 puntos básicos en las tasas de interés, como propone Stepen Miran, recientemente nombrado gobernador. Este planteamiento sugiere una postura más conservadora respecto a modificar la política monetaria, a pesar de que en los últimos cinco años se han aplicado recortes de gran envergadura bajo circunstancias específicas.
Powell ha sostenido que no percibe un desacople evidente entre la situación macroeconómica y las políticas vigentes que justifique un agresivo recorte de tasas en este momento. De hecho, durante una conferencia de prensa reciente, indicó que la política llevada a cabo este año ha sido adecuada según las condiciones actuales del mercado. Por ello, la decisión del miércoles fue realizar un ajuste más cauteloso de solo un cuarto de punto.
La política no sigue una senda predeterminada
Esta afirmación de Powell resalta la incertidumbre y la necesidad de ser flexibles ante cambios económicos inesperados. Simultáneamente, el presidente de la Fed ha señalado que las políticas gubernamentales, incluidos los aranceles, están generando aumentos en los costos de algunos productos. Sin embargo, los efectos inflacionarios de estas medidas están aún por manifestarse de manera clara y cuantificable.
Adicionalmente, Powell ha comentado que el mercado laboral está experimentando una desaceleración debido a niveles más bajos de inmigración y participación, lo cual afecta la creación de empleo necesaria para mantener la tasa de paro estable. A pesar de que los salarios han seguido creciendo, lo hacen a un ritmo más lento, aunque aún superan la inflación.
Los riesgos que emanan del empleo para el mandato dual de la Fed han crecido
Esta preocupación por el empleo ha sido uno de los factores que incentivaron el recorte de 25 puntos básicos. La intención es avanzar hacia una política monetaria «más neutral», según Powell, para gestionar de manera más efectiva los riesgos económicos. Con estos ajustes, la Fed busca mantenerse preparada para responder a posibles perturbaciones en el futuro. Los movimientos hacia niveles menos restrictivos demuestran un intento de equilibrar las demandas económicas, sin comprometer el mandato dual de estabilidad de precios y máximo empleo.
