El DIY solía ser cosa de unos pocos, un pasatiempo, un talento creativo que heredabas de tu abuela, la que hacía cortinas para la ducha con plásticos. Pero ahora, el Do It Yourself es todo un estilo de vida que triunfa en TikTok, Etsy y entre la gente que sabe lo que es el “barniz-cola para decoupage” sin necesidad de buscarlo en Google.
Y si hay una plataforma que ha convertido a los aficionados a las manualidades en emprendedores, esa es Amazon.
Del “creo que voy a probar” al arsenal de herramientas
Amazon no inventó el DIY, claro, pero lo volvió peligrosamente fácil. ¿Quieres probar con resina a la una de la madrugada porque Instagram dice que es terapéutico? Amazon te manda un kit completo al día siguiente. ¿Necesitas un grabador láser para personalizar posavasos de una boda en la que prometiste ayudar y ya ni te acordabas? También lo tienes, con envío Prime y un 15% de descuento.
Cuando el DIY dejó de ser para las abuelas apañadas y pasó a convertirse en la cultura del “manitas de grado máximo”, Amazon ya estaba ahí con todo el equipo: herramientas, kits y todos los proyectos cubiertos de purpurina que pudieras imaginar. La plataforma hace posible convertir tu simple curiosidad en una identidad nueva.
TikTok te inspira, Amazon te lo sirve en bandeja
Un poco de scrolling en TikTok y lo has visto: un usuario que convierte trastos viejos en un tesoro, la impresora 3D a toda máquina o el artesano fabricando una mesa de café con resina y empeño. Todo eso inspira y, a la vez, impone un poco, y Amazon hace que parezca al alcance de cualquiera. El material está ahí, esperando a que pulses “Comprar ahora”.
Esa inmediatez lo cambia todo. Ya no hace falta recorrer cinco tiendas especializadas ni sufrir un ataque de nervios en la sección de pinturas. Solo necesitas un carrito, un poco de delirio y quizá un cheque regalo Amazon. Mi consejo: en sitios como Eneba suelen venderlas más baratas; ideal cuando compras 17 colores de vinilo con la excusa de que es “para un proyecto”.
Cuando el DIY se convierte en emprendimiento
Seamos sinceros: la mitad de la cultura DIY la mueven los pequeños emprendedores. Mucha gente no practica el Do It Yourself solo por diversión, sino que lo hacen como forma de negocio. Montan tiendas online, graban tutoriales, imprimen camisetas en su garaje o envían velas artesanales con tarjetas de visita y notas de agradecimiento monísimas.
Los descuentos por volumen de ventas de Amazon, la variedad de herramientas y las sugerencias infinitas de la sección “Otros clientes también compraron” han convertido muchas casas en mini fábricas. Es capitalismo, sí, pero con brilli-brilli.
Y oye, quizá no todo el mundo necesite una pistola de silicona y un nivel láser para hacer un cuadro. Pero si te da alegría y convierte tu piso en un mini imperio Etsy, ¿quién va a discutirlo?
El caos creativo made in Amazon nos encanta
Amazon no inventó la revolución del DIY, pero sí le dio un chute de energía y le puso la etiqueta de envío. Transformó un hobby desfasado en un carrusel de creatividad alimentado por Internet. Se te ocurre una idea, encuentras lo que necesitas y, de repente, estás metido hasta el cuello en un proyecto que no habías planeado, pero que, por alguna razón, tienes que terminar antes del domingo.
Si te pica la curiosidad de hacer algo raro, bonito o totalmente inútil, rescata esa tarjeta regalo de Amazon que te dio la tía Encarna en Navidad, hazte con un kit de herramientas básicas y ponte manos a la obra. Así es como empiezan las nuevas obsesiones.
