Revista Capital

La sostenibilidad como eje clave en la prevención de incendios forestales en España

La sostenibilidad debe convertirse en un eje transversal de toda estrategia contra incendios, no solo como reacción ante el fuego, sino como prevención y como motor de desarrollo rural

La sostenibilidad como eje clave en la prevención de incendios forestales en España
Por Marta Menéndez

El verano que dejamos atrás ha vuelto a evidenciar la vulnerabilidad de los montes españoles frente a los incendios forestales. Comunidades de distintos puntos del país han sufrido una oleada de fuegos que devastan miles de hectáreas de superficie arbolada, erosionan la biodiversidad, ponen en riesgo vidas humanas y comprometen el futuro del medio rural. La magnitud del problema exige escuchar a quienes, desde diferentes ámbitos, llevan años analizando sus causas y proponiendo soluciones.

Para ello, contamos con el testimonio de Mónica Parrilla, responsable de campañas de Greenpeace, y con la visión de la Asociación Nacional de Empresas Forestales (Asemfo). Sus diagnósticos y propuestas, desde enfoques distintos pero complementarios, coinciden en una idea clave: la sostenibilidad y la prevención deben situarse en el centro de la política forestal española.

La sostenibilidad debe convertirse en un eje transversal de toda estrategia contra incendios, no solo como reacción ante el fuego, sino como prevención y como motor de desarrollo rural. La escalada de grandes incendios no responde a un único factor. Tal y como explica Parrilla, “el problema social y ambiental de los incendios es poliédrico y debe abordarse por diferentes líneas. Es importante diferenciar entre las causas que los originan y lo que los propaga. En España la siniestralidad es muy alta”.

Es importante diferenciar entre las causas que los originan y lo que los propaga. En España, la siniestralidad es muy alta

Desde Asemfo, la reflexión es clara: existe un desequilibrio entre la reacción y la planificación. El presupuesto para apagar fuegos es imprescindible, pero insuficiente si no se refuerza la gestión preventiva del monte.

Inversión insuficiente y desequilibrada

Según los últimos datos oficiales disponibles, la inversión pública en el sector forestal en España ascendió a 1.295 millones de euros. De esa cantidad, un 46 % se destinó a la prevención y extinción de incendios. Sin embargo, el reparto interno refleja un desequilibrio: el 65 % de los recursos se dedica a la extinción y apenas el 35 % a la prevención. “La prevención debe incrementarse considerablemente y estar integrada en la gestión forestal”, reclaman desde Asemfo, que pide duplicar la inversión para responder al reto que plantea el cambio climático.

La prevención debe incrementarse considerablemente y estar integrada en la gestión forestal

En la misma línea, Greenpeace subraya que no basta con más medios: “Hay que acercar la cultura forestal a la población, transmitir la realidad de los incendios y garantizar el cumplimiento de la normativa en las zonas de alto riesgo”.

La gestión forestal como prevención activa

El verdadero antídoto contra los grandes incendios no son más aviones ni más efectivos de emergencias, sino una gestión forestal sostenida, constante y profesional. La acumulación de combustible en los montes, matorral sin limpiar, árboles enfermos o masas forestales demasiado densas, convierte cada ola de calor en un polvorín. Asemfo lo resume con claridad: “Una mayor prevención no significa más medios o personal, sino una gestión más inteligente del monte, buscando estructuras forestales resilientes al calentamiento global y mejor preparadas para frenar la propagación del fuego”.

Una mayor prevención no significa más medios o personal, sino una gestión más inteligente del monte

Aquí el cambio climático es un factor clave. Parrilla lo advierte con contundencia: “Intensifica los incendios, hace que las masas forestales estén fuera de su rango, se reducen las precipitaciones y aumentan las temperaturas. Las políticas de gestión deben adaptarse a esta nueva realidad”.

El papel estratégico de las empresas forestales

Las empresas de servicios forestales son un pilar fundamental en esta tarea. Aportan calidad, eficiencia e innovación en los trabajos de limpieza, repoblación, gestión del arbolado y restauración tras incendios. Están arraigadas en el territorio, conocen las particularidades de cada zona y generan empleo en áreas rurales que sufren despoblación.

No obstante, para que este potencial se traduzca en resultados sostenibles se requiere un mayor impulso de la colaboración público-privada. Como recuerda Asemfo, el 90% del empleo en España lo generan las empresas, y sin embargo muchas veces no se las integra estratégicamente en las políticas forestales autonómicas. La confianza en la iniciativa privada y un marco estable de contratación son condiciones necesarias para avanzar.

Innovación al servicio de la sostenibilidad

La sostenibilidad no es solo un principio, también es un campo fértil para la innovación. Las empresas forestales están incorporando tecnologías punteras que refuerzan la prevención y hacen más eficiente la gestión. Desde maquinaria especializada y equipos de protección más seguros, hasta sensores de detección temprana, análisis de datos forestales, simuladores de incendios y modelos predictivos.

Incluso regiones como California cuentan con la colaboración de ingenierías españolas en este ámbito. La competencia y la colaboración con el sector privado son motores de innovación: reducen costes, aportan soluciones más adaptadas al terreno y generan una dinámica de mejora continua.

Desigualdades territoriales y exceso normativo

España cuenta con 17 marcos autonómicos más el estatal, lo que complica la seguridad jurídica y limita la eficacia. A ello se suma lo que el sector llama un ‘tsunami normativo’ que retrasa la ejecución de proyectos. Algunas comunidades, como Castilla y León, destacan por su apuesta por la gestión sostenible, pero el panorama general arrastra un déficit de gestión y abandono rural.

En este contexto, Parrilla añade una crítica política: “En este 2025 ha sido flagrante la cantidad de ruido generado en torno a las competencias. Están claras en el sistema nacional de emergencias y protección civil, pero hemos visto declaraciones irresponsables. Este año marca un punto de inflexión: es fundamental poner el foco en la prevención, no en el reparto de culpas”.

En este 2025 ha sido flagrante la cantidad de ruido generado en torno a las competencias

La restauración tras los incendios: una mirada de largo plazo

Tras los incendios de este verano, algunas comunidades ya han licitado trabajos de restauración de los montes quemados, mientras que otras siguen evaluando las necesidades. Estos encargos, según Asemfo, se realizan bajo criterios técnicos y científicos, lo que es fundamental para asegurar que no se trata de medidas apresuradas, sino de actuaciones que apuesten por la resiliencia del territorio a largo plazo.

La sostenibilidad exige precisamente esa visión estratégica: restaurar no solo lo visible, sino también la fertilidad del suelo, la capacidad de retención de agua y la biodiversidad que sustenta los ecosistemas. Para Mónica Parrilla, restaurar significa apostar por la resiliencia del territorio: “No se trata solo de repoblar árboles, sino de recuperar suelos fértiles, agua y biodiversidad. La prioridad es construir paisajes que soporten mejor el futuro”.

Propuestas y horizonte de futuro

De cara al futuro inmediato, resulta ineludible que la prevención de incendios se entienda como parte intrínseca de la gestión forestal. España necesita invertir mucho más en este ámbito, simplificar los procedimientos administrativos que frenan la acción de las empresas y, sobre todo, confiar en un modelo de colaboración público-privada estable y eficaz. La sostenibilidad no debe quedar como un principio decorativo en los documentos estratégicos, sino traducirse en actuaciones que garanticen la conservación de los montes y el impulso de la bioeconomía local.

Un elemento fundamental será también la fiscalidad forestal. Existen propuestas encima de la mesa que contemplan incentivos para quienes gestionen de forma activa y sostenible sus montes, una medida que no solo favorecería la prevención de incendios, sino que también contribuiría a dinamizar la economía rural y a fijar población en el territorio.

No menos relevante es el cambio cultural. Durante décadas, ha predominado la idea de que cortar árboles es negativo, un mito que aún persiste en manuales escolares. Sin embargo, la realidad muestra que la ausencia de gestión y la acumulación de combustible son mucho más dañinas que un aprovechamiento racional y sostenible de los recursos. Cada vez más ciudadanos comprenden que la gestión forestal es necesaria para evitar fuegos incontrolables y que representa una inversión inteligente: protege el medio ambiente, impulsa la economía rural, genera empleo de calidad y asegura recursos para las generaciones futuras.

España necesita pasar de una política de reacción a una estrategia de anticipación. La sostenibilidad nos marca el camino: gestionar mejor, invertir más y confiar en quienes llevan décadas cuidando de nuestros montes.

Los incendios amenazan la actividad, el crédito y la estabilidad financiera

El Banco de España alerta de que la desertificación y la mayor intensidad y frecuencia de los incendios forestales representan, además de un grave riesgo climático, una amenaza para la actividad económica, el crédito y la estabilidad financiera. Según detalla el organismo en un artículo de su blog, estas amenazas naturales influyen en la capacidad de las empresas para obtener financiación y en la disposición de los bancos a concederla por la percepción de un mayor riesgo de insolvencia.

"El aumento de la aridez reduce el crédito en los municipios afectados, aunque el impacto tarda años en materializarse", encuadra el estudio, para seguidamente cifrar que, por cada punto porcentual de aumento de la aridez, el crédito caería un 0,25% entre 8 y 20 años después. Por ámbitos empresariales, este efecto se concentra sobre todo en el sector agrícola, mientras que actividades como el turismo muestran mayor resiliencia en áreas húmedas.

En el caso de los incendios, el supervisor indica que provocan un descenso en las ventas de las empresas de un 7 % y que reducen el crédito recibido por las empresas afectadas en torno a un 6 % más que a las no afectadas. El Banco de España subraya en un sentido más amplio que la presencia de entidades bancarias locales puede atenuar estos efectos, ya que, gracias a su cercanía y mejor conocimiento del terreno, disponen de 'información blanda' que les permite mantener el crédito sin que aumente la morosidad, lo que contribuye a reducir el impacto negativo sobre el empleo en las zonas afectadas.

El Banco de España alerta de que provocan un descenso del 7% en las ventas de las empresas afectadas     

En este sentido, el Banco de España asevera que el impacto del cambio climático sobre la actividad y la estabilidad económica y financiera "ya es importante": "Trabajamos para incorporar estos riesgos en nuestro análisis y seguimiento y para que los bancos los internalicen en su comportamiento", incide el organismo.

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