Cuando se va a cumplir un año de la DANA que arrasó buena parte del Levante español, la Cámara de Comercio de Valencia ha presentado un informe que aborda la situación de las empresas en la zona cero un año después. La DANA, además de haber tenido un gran coste humano, también supuso un daño en el tejido productivo en las zonas que se vieron afectadas, teniendo en cuenta que la catástrofe se cebó sobre una zona industrial, lo que maximizó los daños económicos. Este análisis refleja cómo el despliegue de ayudas públicas, las indemnizaciones y el recurso a los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) han permitido que algunos indicadores económicos se acerquen o incluso igualen los niveles previos a la DANA. Sin embargo, otros continúan mostrando signos de debilidad, por lo que se prevé que el proceso de recuperación se prolongue durante varios años.
La principal conclusión arrojada por la Cámara de Comercio refleja que la recuperación ha sido desigual en función del municipio afectado, y que este lastre se debe a la insuficiencia de los recursos y las trabas burocráticas. Se estima que el impacto de la DANA redujo el PIB nacional entre un 0,1 y un 0,3, mientras que el provincial un 6,5%, aunque en las zonas más afectadas este dato se eleva hasta los 20 puntos porcentuales.
El sector más afectado por las riadas fue el de los servicios, que presenta la recuperación más lenta. Nueve de cada diez de los negocios sufrieron daños, y de ellos el 70% fueron graves o muy graves, estimando las pérdidas medias de 61.000 euros por local. Para hacer frente a los daños, el 90% de los locales necesitaron financiación externa, pero aún el 40% están esperando compensaciones públicas. Un año después de la DANA, el 20% de los locales (sobre 2.300) sigue cerrado, el 10% está en obras y solo el 70% ha conseguido abrir –aunque solo la mitad de aquellos que han abierto han recuperado su nivel de actividad previo a la catástrofe-.
A pesar de estos datos, también hay cifras esperanzadoras, ya que tanto la afiliación a la Seguridad Social como la contratación laboral se han recuperado, al incrementarse en un 4% y un 7,4% interanual, respectivamente.
En cuanto al sector industrial, los datos son mejores. El 85% de las empresas están activas, aunque sobre un 6% tuvo que cerrar definitivamente (aproximadamente un centenar). El 9% de las empresas restantes continúan inactivas o con reparaciones pendientes. Esta recuperación se sostiene en un equilibrio financiero frágil: el 80% han necesitado financiación externa -combinando fondos propios, seguros, ayudas públicas y donaciones privadas-, aunque el 40% de las empresas beneficiarias alegan que todavía no han recibido las ayudas solicitadas. De las 5.269 solicitudes de ayuda que recibió el Consorcio de Compensación de Seguros, un año después aún siguen pendientes de resolución un 12,9%. Aun así, el número de contratos laborales y la afiliación a la Seguridad Social aumentaron un 17,6% y un 1,5%, respectivamente, en comparación al mismo periodo en 2024.
Las zonas más afectadas fueron Paiporta, Albal, Sedaví y Alfafar, donde las pérdidas materiales medias alcanzaron los 300.000 euros, aunque en algunos casos la cifra asciende a más de 500.000 euros. Tras la DANA, ocho de cada diez empresas se vieron obligadas a paralizar completamente la producción durante semanas o meses. El informe hace hincapié en la vulnerabilidad estructural de los polígonos industriales frente a fenómenos meteorológicos, exigiendo reforzar infraestructuras y protocolos de emergencia.
Los empresarios valencianos alertan de que, un año después de la DANA, la recuperación sigue incompleta: tanto el sector industrial como el de servicios continúan por debajo de los niveles previos al desastre. Reclaman agilizar las indemnizaciones y ayudas pendientes, apoyar a pymes y autónomos, reforzar infraestructuras urbanas e industriales y estimular la demanda interna, mediante bonos de consumo y deducciones fiscales. El informe concluye que la reactivación avanza, pero de forma desigual, por lo que urge una acción pública más ágil, coordinada y orientada a consolidar un tejido económico moderno y resiliente.
