El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido mantener los tipos de interés en el 2% por tercera reunión consecutiva, confirmando la estabilidad de la política monetaria en la eurozona. La presidenta del organismo, Christine Lagarde, aseguró que los precios se mantienen bajo control pese al repunte de la inflación al 2,2% en septiembre, ligeramente por encima del objetivo del 2% que se marca la entidad. Lagarde recalcó que cualquier cambio en los tipos se decidirá “reunión a reunión”, según la evolución de los datos económicos, la inflación subyacente y los riesgos geopolíticos que puedan afectar a la economía europea.
La decisión del BCE mantiene el tipo de depósito en el 2%, el principal de refinanciación en 2,15% y la facilidad marginal de crédito en 2,4%, niveles que muchos analistas consideran neutros, es decir, suficientes para no estimular ni frenar la economía. A pesar de la ligera subida de los precios, el BCE se muestra cómodo con esta cota y confía en que la inflación está bajo control, mientras vigila de cerca posibles cuellos de botella en la oferta y la evolución del mercado laboral.
Sin embargo, aunque los tipos oficiales se mantengan estables, la banca española empieza a alertar de que la era de las hipotecas “baratas a cualquier precio” podría estar llegando a su fin. Durante el último año, los bancos han competido ferozmente ofreciendo hipotecas a tipos históricamente bajos. El Euríbor a 12 meses, principal referencia de los préstamos variables, se encuentra cerca del 2%, y muchas hipotecas fijas se venden incluso por debajo de la rentabilidad real para las entidades.
Bankinter ha dado un paso al frente al anunciar que ya no participará en la guerra de precios y ha subido recientemente sus hipotecas fijas, mientras que BBVA y Santander llevan meses reduciendo su exposición al mercado hipotecario. “El pricing de las hipotecas a largo plazo está siendo agresivo y no vemos rentable vender a esos niveles”, afirmó Gloria Ortiz, consejera delegada de Bankinter. Por su parte, BBVA y Santander han optado por centrarse en otros segmentos más rentables, como préstamos a pymes, y alertan de que los márgenes en el mercado residencial son insuficientes para justificar la competencia actual.
El impacto de esta situación podría traducirse en un encarecimiento progresivo de los préstamos hipotecarios, incluso sin que el BCE mueva los tipos. Los expertos coinciden en que la banca deberá proteger su rentabilidad, ajustando los precios y evitando que la competencia lleve los tipos a niveles insostenibles. Mientras tanto, la demanda de crédito sigue activa y el mercado de hipotecas mantiene volúmenes elevados, aunque con señales de racionalización por parte de las entidades más grandes.
El BCE mantiene los tipos de interés sin cambios en un contexto de repunte de la inflación
