Rovi registró un beneficio neto de 97,7 millones de euros en los nueve primeros meses del año, lo que supone un descenso del 14% respecto al mismo periodo de 2024, según comunicó la empresa a la CNMV. El resultado bruto de explotación (Ebitda) alcanzó los 149,5 millones, un 11% menos, mientras que el Ebit cayó un 13%, hasta los 127,3 millones.
Los ingresos operativos se redujeron un 7%, hasta los 525,1 millones de euros, lastrados por la caída del 28% en el negocio de fabricación a terceros, que se situó en 181,7 millones. En contraste, las ventas de especialidades farmacéuticas aumentaron un 10% hasta los 343,4 millones, mostrando un desempeño positivo en esta área clave para la compañía.
El margen bruto se elevó hasta el 67,1%, 3,5 puntos más que en el mismo periodo del año anterior, impulsado por el reconocimiento de ingresos vinculados a la subvención de I+D del CDTI para el proyecto Laisolid.
Rovi prevé que sus ingresos operativos disminuyan entre un 0% y un 10% en el conjunto del año. De cara a 2026, estima un crecimiento de entre el 0% y el 20%, condicionado por factores como la evolución de la demanda vinculada a la campaña de vacunación y los futuros ingresos del acuerdo de fabricación con Bristol Myers Squibb, aún pendiente de firma.
Según Juan López-Belmonte Encina, presidente y consejero delegado, los primeros nueve meses de 2025 han marcado un punto de inflexión para la compañía, destacando la adquisición de una planta de productos inyectables en Phoenix, Arizona, que consolida su presencia industrial en Estados Unidos y refuerza su expansión internacional.
