La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha ofrecido cambios menores a los principales partidos de la ‘gran coalición’ en el Parlamento Europeo para calmar las críticas a su propuesta inicial de presupuesto. Esta propuesta había generado descontento por plantear que los gobiernos nacionales retomaran parte del control sobre la gestión del gasto en áreas clave como los fondos de cohesión y la Política Agrícola Común (PAC).
La respuesta de la Comisión Europea
Von der Leyen anunció en su cuenta de X que el Ejecutivo Comunitario ha aclarado y reforzado sus objetivos, lo que incluye garantizar el papel de las regiones, reforzar la identidad de la PAC y mejorar la gobernanza. Estas afirmaciones se realizaron tras una reunión con la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, y la primera ministra danesa, Mette Frederiksen.
El Ejecutivo de Von der Leyen envió a los principales grupos un documento de ocho páginas con ajustes sobre la propuesta inicial del nuevo presupuesto
Estos ajustes buscan evitar un posible plan de rechazo en la sesión plenaria de este noviembre. Entre las novedades destaca la inclusión de un objetivo rural del 10%, que establece un umbral mínimo para redirigir recursos a este área, diferente de lo previsto para las políticas agraria y pesquera comunes.
Reacciones de los actores clave
Metsola calificó las propuestas de Bruselas como un buen paso adelante, destacando que el proceso seguirá adelante. Esta visión fue compartida por la primera ministra danesa, quien indicó que la reunión confirma una ambición compartida para lograr un acuerdo sobre el presupuesto post-2027.
Los líderes de la gran coalición han alertado que el enfoque de Von der Leyen no garantiza la cobertura de todas las categorías de regiones
El objetivo es cerrar el presupuesto a finales de 2026 o principios de 2027, con el acuerdo de la unanimidad de los Veintisiete y la ratificación de la Eurocámara. La reciente carta enviada por los líderes de la gran coalición subrayó que el enfoque actual podría llevar a la fragmentación y a una menor solidaridad, afectando al mercado único de la UE.


