Telefónica ha convocado a los sindicatos UGT, CCOO y Sumados-Fetico para discutir el nuevo plan estratégico de la empresa y su impacto en la plantilla. La reunión, programada para el próximo lunes 17 de noviembre, podría ser el escenario donde se comunique la implementación de un posible expediente de regulación de empleo (ERE) que afectaría a alrededor de 6.000 trabajadores.
El plan estratégico establecido por Telefónica busca lograr ahorros de costes de aproximadamente 3.000 millones de euros para 2030, de los cuales 2.300 millones de euros se pretenden obtener para 2028. La mayoría de estos ahorros, casi el 75%, se centran en los gastos operativos, incluida la masa salarial. Estas cifras sugieren que las medidas a tomar podrían involucrar ajustes de personal.
En los números que hemos dado de los 2.300 millones (de euros de ahorros) en el 2028, de los cuales casi el 75% son ‘opex’ (gastos operativos, entre los que se encuentran los gastos salariales), hemos incorporado todos aquellos ahorros que creemos factibles hacer. Cuando digo todos, son todos
Estas declaraciones del consejero delegado de Telefónica, Emilio Gayo, revelan la estrategia integral que la empresa busca adoptar, dejando la puerta abierta a incluir temas relativos al empleo en las discusiones con los sindicatos.
El posible anuncio del ERE llega tras la reciente firma del primer ‘marco social’ de la compañía, diseñado para armonizar los derechos de todos los empleados de Telefónica en España. Este acuerdo busca garantizar estabilidad laboral y desarrollo profesional en un entorno cada vez más tecnológico y organizativo.
En cuanto a antecedentes, el último ERE de Telefónica, ejecutado en enero de 2024, resultó en la salida voluntaria de 3.420 trabajadores, afectando a sus principales filiales. El coste para la empresa fue de unos 1.300 millones de euros, con un ahorro anual estimado de 285 millones de euros.
El pacto alcanzado tiene como objetivo situar a las personas en el centro del proceso de transformación que afronta Telefónica
Tanto los sindicatos como la empresa enfrentan un reto inminente: negociar el posible ajuste antes de finalizar el año fiscal, teniendo en cuenta el reciente marco social y los objetivos económicos planteados.
