Mercados e inversión

Las cinco lecciones de Warren Buffett que los inversores no deberían olvidar este año

En su última carta al mercado, el “Oráculo de Omaha” anuncia el cierre de una era y recuerda los principios que han guiado seis décadas de éxito. En tiempos de volatilidad e incertidumbre, sus lecciones vuelven a cobrar fuerza

Por Marta Díaz de Santos

Warren Buffett ha decidido despedirse como siempre hizo las cosas: con calma, humildad y un mensaje lleno de sentido común. El pasado 10 de noviembre de 2025, el presidente y consejero delegado de Berkshire Hathaway publicó un comunicado histórico en el que anunció la donación de 2,7 millones de acciones clase B, procedentes de la conversión de 1.800 títulos clase A, a las fundaciones de su familia.

Más allá del gesto filantrópico, el documento confirmó algo que muchos esperaban: Buffett no volverá a escribir el informe anual ni participará activamente en las futuras reuniones de accionistas.

'It’s time to go quiet', escribió

El movimiento marca un antes y un después para el conglomerado más admirado del capitalismo moderno y para su carismático líder, de 95 años, que deja tras de sí una fortuna personal cercana a los 130 mil millones de dólares y una reputación intachable entre inversores y académicos.

La carta, sin embargo, no es una despedida amarga. Es una hoja de ruta. Entre líneas, Buffett deja plasmadas las ideas que han sostenido su imperio durante más de medio siglo. Y que, según los expertos, son más válidas que nunca en este año de mercados imprevisibles.

1. Paciencia: el activo más rentable

Para Buffett, la paciencia no es una virtud moral, sino una estrategia financiera. “El mercado es un mecanismo de transferencia de dinero de los impacientes a los pacientes”, escribió en una de sus cartas clásicas. En 2025, cuando las pantallas y los algoritmos dominan la inversión a segundos vista, esta idea suena radical: no hacer nada puede ser una decisión tan inteligente como comprar o vender.

El propio Buffett ha mantenido posiciones durante décadas -Coca-Cola desde 1988, American Express desde 1994- y, en muchos casos, ha multiplicado su valor exponencialmente. En tiempos de volatilidad, recordar que “el tiempo en el mercado es más importante que el ‘timing’ del mercado” resulta más que oportuno.

2. Invertir solo en lo que se comprende

La máxima 'never invest in a business you cannot understand' ha sido una constante en su filosofía. Con la irrupción de la IA generativa, las fintech y los nuevos modelos de energía, muchos inversores se sienten tentados a participar sin comprender los fundamentos detrás de las valoraciones. Buffett, en cambio, insiste: el conocimiento es el verdadero margen de seguridad.

En la práctica, esto no significa rechazar la innovación, sino abordarla con criterio. “Buffett no evitó la tecnología; esperó a entenderla”, recuerda el economista Robert Miles, autor de The Warren Buffett CEO. Su entrada en Apple en 2016, tras años de escepticismo, es el mejor ejemplo de prudencia informada.

3. Asignar el capital con disciplina

Pocos ejecutivos en la historia han sabido asignar capital con tanta eficacia. En su carta de 2025, Buffett volvió a subrayar que prefería mantener la mayor parte de la tesorería de Berkshire en acciones productivas antes que en bonos o efectivo: 'Cash is a terrible long-term asset; its value melts like ice in your hand'.

Su afirmación parece provocadora, pero es coherente con su visión de largo plazo: el dinero solo produce valor cuando se invierte en activos que generen beneficios reales y sostenibles. Su criterio para recomprar acciones propias, solo cuando cotizan por debajo de su valor intrínseco, ha sido estudiado por generaciones de gestores.

4. Reconocer los errores y aprender

Buffett ha cometido errores, y muchos. Él mismo los enumera con ironía: Dexter Shoe, US Airways, Tesco o IBM. Pero lo que distingue a un error de una catástrofe es la reacción posterior. En su carta, Buffett recuerda que “una buena gestión no se define por la ausencia de fallos, sino por la capacidad de corregirlos rápido y aprender de ellos”.

5. Las personas y la cultura empresarial son el verdadero activo

'Choose your heroes wisely'. Con esa frase cerró uno de los apartados más personales de su carta de 2025. Para Buffett, las personas que lideran una empresa son más importantes que su cotización. Ha reiterado que la cultura de integridad, mérito y confianza que instauró en Berkshire será el verdadero legado que deja a su sucesor, Greg Abel.

Sin duda, la visión humanista de Buffett se alinea con las nuevas exigencias del capital consciente: no hay valor financiero sostenible sin valor ético.

Never bet against America

Buffett ha sobrevivido a 15 presidentes de EE. UU., 12 recesiones, tres crisis bursátiles globales y una pandemia. Aun así, su método no se basa en adivinar el futuro, sino en construir sobre lo que permanece: negocios rentables, dirigidos por gente honesta, con ventajas competitivas duraderas.

'Never bet against America', solía repetir Buffett, pero su verdadero legado no es una apuesta patriótica, sino una apuesta por la sensatez. En un mundo financiero dominado por la inmediatez y la especulación algorítmica, sus principios -paciencia, simplicidad y sentido común- siguen siendo una brújula fiable.

Su última carta marca el cierre de una era para Berkshire Hathaway, pero también una invitación a los inversores del futuro a recordar que el tiempo, más que el talento, es el aliado más poderoso del capital.

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