El día a día en la empresa está lleno de desafíos, aunque es fácil que pasen desapercibidos. La actitud es la que marca la diferencia en cómo una persona puede llegar a conseguir éxito en el mundo empresarial, pero la línea es muy fina entre ese éxito y el desgaste o la frustración.
Adam Grant, profesor en la Universidad de Wharton y autor de algunos de los libros más leídos sobre liderazgo y comportamiento laboral (Give and Take, Think Again), lo dice sin rodeos: “Si tu jefe es un taker, dimite".
Grant se expresa sin rodeos y sus conclusiones son directas. Así lo ha mostrado durante su charla en WOBI, del que Capital es media partner. Grant, uno de los pensadores más escuchados por directivos de todo el mundo, divide en tres los perfiles laborales. Taker, aquellos que toman más de lo que dan en el ámbito laboral. Givers, que hacen justo lo contrario. Y matchers, que intentan alcanzar el equilibrio. Para Grant, el perfil más interesante es el de Giver que, paradójicamente, es el que coincide con el de las personas más exitosas, pero también con el de aquellas personas que se queman por hacer más de lo que deberían.
En su conferencia, explicó que hay un punto muy importante en esos perfiles. Lo que distingue a un verdadero líderes su capacidad de impulsar el talento. La diferencia, según él, se reduce a una palabra: ego.
Cuando el ego dirige, el talento huye
“Lo más importante para un CEO es dejar a un lado su ego y poner por encima su misión”, afirmó Grant.
El líder que se preocupa más por demostrar que es el más listo que por ayudar a los demás a crecer es un taker: alguien que toma más de lo que da. En cambio, los givers —los líderes que enseñan, escuchan y comparten su conocimiento— son los que crean culturas de confianza y equipos sostenibles.
La advertencia de Grant fue directa:
“Si tu jefe no te ayuda a evolucionar, no te enseña nada y solo busca brillar él, sal de ahí. Si puedes hacerlo, hazlo.”
La humildad como herramienta estratégica
Grant sostiene que los mejores directivos no son los que acumulan experiencia, sino los que aprenden a tomar consejo. “La clave no está en cuánto saben, sino en cuánto reconocen lo que no saben".
En ese aspecto, para Grant es importante reconocer los errores y aprender de ellos. "Admitir un error significa que estás menos equivocado que antes, cuando no sabías que te habías equivocado", explica. Ese es un primer paso para marcar un camino por el que avanzar.
Por eso, anima a los líderes a rodearse de voces diversas y a practicar lo que llama repensar: dedicar al menos media hora cada semana a cuestionar estrategias pasadas y detectar errores.
“Darse cuenta del error significa que estás menos equivocado.”
Sin embargo, hay que ser consciente de que solo hay que tomar consejo de cierto tipo de personas. A la hora de tener en cuenta o no esos consejos, hay que considerar:
- Si esa persona quiere realmente ayudar o solo demostrar que es más inteligente o superior.
- Su expertise. Si la persona tiene conocimiento y experiencia sobre aquello de lo que está aconsejando.
- ¿Cuánto me conoce? Si esa persona es capaz de ponerse en el lugar de quien está aconsejando.
La nueva era de la IA
Durante la conferencia, Grant también abordó el auge de la inteligencia artificial. Reconoció que la IA puede generar miles de ideas, pero recordó algo esencial:
“La máquina propone; el humano filtra.”
Por eso, advierte contra un error común: confundir nuestras ideas con nuestra identidad. Aferrarse a ellas como si fueran parte del ego nos impide evolucionar.


