El Consejo de Ministros ha dado luz verde, en primera vuelta, al anteproyecto de ley que permitirá la transposición parcial de la directiva europea (UE) sobre el IVA en el ámbito de la economía digital, normativa que será aplicada a partir del 1 de enero de 2027. Esta iniciativa europea, conocida como ViDA, busca adaptar el sistema comunitario del IVA a las exigencias de un mundo cada vez más digital.
La directiva ViDA prevé una adaptación gradual con fases clave que entrarán en vigor el 1 de julio de 2028 y el 1 de julio de 2030. No obstante, algunas modificaciones menores, principalmente técnicas, comenzarán a regir desde el 1 de enero de 2027 según lo desarrollado en el presente anteproyecto de ley.
Entre estas modificaciones técnicas, se destaca la ampliación del ámbito de aplicación del régimen exterior de la Unión a servicios prestados a consumidores no establecidos en la UE. Además, se introduce la obligatoriedad para empresarios o profesionales no establecidos en la UE de nombrar un representante para la devolución del IVA soportado en operaciones de comercio electrónico, declaradas a través de los regímenes especiales de ventanilla única.
El régimen de ventanilla única facilita la liquidación del IVA del comercio electrónico, simplificando trámites y reduciendo la burocracia.
Asimismo, se instauran dos regímenes transitorios significativos. El primero afecta a operaciones bajo acuerdos de venta de bienes en consigna, que dejará de aplicarse el 1 de julio de 2028 con la entrada en vigor de un nuevo módulo de transferencias regulado por la Directiva ViDA. El segundo régimen anticipa la inclusión de las entregas de energía en el régimen de la Unión, aplicable hasta el 30 de junio de 2028.
La Directiva ViDA también avanza en la lucha contra el fraude intracomunitario mediante la implementación de una facturación electrónica estructurada y armonizada, facilitando así el suministro inmediato de información digitalizada. Además, busca reducir las cargas administrativas para evitar múltiples registros en la UE. De este modo, se persigue que los sujetos pasivos del IVA dispongan de un único registro asignado por la Administración tributaria de su país de establecimiento.
La reducción de registros múltiples y la implementación de una factura electrónica estructurada son clave para optimizar el sistema de IVA en la economía digital.
Por último, el papel de las plataformas digitales en la gestión y recaudación del impuesto se ve reforzado. Esto es particularmente relevante en sectores como el alquiler de alojamientos de corta duración y el transporte de pasajeros, donde se han detectado distorsiones en la competencia.
