3I/ATLAS se ha convertido en noticia porque su acercamiento a Júpiter parece “afinado” al borde mismo del radio de Hill del planeta, y la probabilidad de que eso ocurra al azar se ha estimado en torno a 1 entre 26.000; es un caso muy poco frecuente, pero no imposible.
Probabilidad 1 entre 26.000: por qué importa
La cifra de 1 entre 26.000 procede de cálculos que comparan la distancia mínima prevista de 3I/ATLAS a Júpiter con la extensión completa de la órbita joviana y el tamaño del radio de Hill.
Para la fecha del encuentro, el radio de Hill de Júpiter se estima en unos 53.502 millones de kilómetros, mientras que la trayectoria de 3I/ATLAS lo lleva a unos 53.445 millones de kilómetros, una coincidencia de unos pocos centenares de millares de kilómetros sobre decenas de miles de millones, lo que da esa probabilidad de 1 entre 26.000 para un paso “al azar” con tanta precisión.
Qué es el radio de Hill de Júpiter
El radio de Hill es el límite en el que la gravedad de un planeta domina sobre la del Sol para retener objetos en órbita; en el caso de Júpiter, define la frontera de su “esfera de influencia” gravitatoria.
Si un objeto se mueve cerca de ese borde con la velocidad adecuada, puede dejar satélites o material atrapado a largo plazo alrededor del planeta, de ahí que esta región resulte tan interesante en términos de dinámica orbital y, en hipótesis especulativas, de ingeniería espacial.
Trayectoria de 3I/ATLAS y anomalías medidas
3I/ATLAS es un objeto interestelar con órbita hiperbólica, catalogado como cometa, que pasará por el Sistema Solar interior y saldrá definitivamente tras su encuentro con Júpiter.
Durante su paso por el perihelio se ha medido una aceleración no gravitatoria muy pequeña, del tipo que suele atribuirse a chorros de gas en cometas, pero que en este caso habría ajustado la trayectoria justo lo necesario para que el máximo acercamiento coincidiera con el radio de Hill de Júpiter en vez de quedarse más lejos.
¿Casualidad extrema o maniobra tecnológica?
El cosmólogo Avi Loeb interpreta la coincidencia entre la distancia de paso y el radio de Hill, junto con la aceleración no gravitatoria, como una posible “corrección de curso” que podría encajar con un escenario tecnológico, por ejemplo una nave que use Júpiter para desplegar dispositivos en su esfera de influencia.
Sin embargo, la mayoría de especialistas siguen prefiriendo una explicación natural: un cometa interestelar con un chorro de gas asimétrico que modifica ligeramente su trayectoria, sumado al hecho de que incluso eventos de probabilidad 1 entre 26.000 pueden suceder si se observan suficientes objetos y durante suficiente tiempo.
Qué significa realmente esa “coincidencia extraordinaria”
Que la probabilidad estimada sea 1 entre 26.000 hace que el caso de 3I/ATLAS sea estadísticamente llamativo y científicamente muy interesante, pero no ofrece por sí solo prueba de tecnología ni de intención.
Hoy por hoy, la comunidad científica lo considera una anomalía notable que puede explicarse con dinámica orbital, efectos cometarios y azar, mientras que las hipótesis de “nave nodriza” o de liberación de dispositivos alrededor de Júpiter se mantienen en el terreno de la especulación hasta que existan observaciones directas que las respalden.


