El retail es parte intrínseca de las sociedades capitalistas. Cuando hablamos de fundamentales de esta industria, creo que el retail es la mayor expresión del comportamiento de una sociedad a través de su forma de vivir, consumir y relacionarse. Y eso lo hace imprescindible. No lo aísla de crisis, ciclos o picos de rentabilidad, pero puede ayudarle a cruzar esas zonas de estrés.
El retail se puede observar con diferentes ojos, como en casi todos los negocios. Hoy quiero escribir desde un ángulo específico, el retail real estate, desde ese enfoque puramente inmobiliario, de inversión. Nunca se fue, nunca desapareció como una alternativa inteligente, simplemente algunos lo durmieron. Como en todas las inversiones alternativas, el capital las duerme y activa según ciclos, puertas de entrada y potencial de crecimiento.
El retail nunca iba a morir ni a desaparecer. Necesitaba una puesta a punto y adaptación, el cariño de los mercados financieros y el capital tradicional. Hoy, tiene todo lo que necesitaba para volver a ser un ‘trending asset’. Desde un ángulo más inmobiliario y financiero, como categoría de activo de inversión, vive un momento dulce que se traduce en una activación del mercado de inversión. A continuación, explico por qué hoy el retail es una buena oportunidad.
Empezamos por esa ventana de oportunidad que se abre en los mercados cíclicos, que hoy el retail tiene abierta. Esa ventana o puerta de entrada no solo la están cogiendo players recurrentes, sospechosos habituales, family offices, institucionales o financiación alternativa. Además, la financiación tradicional ha vuelto. Este mensaje es potente y claro. El capital es miedoso y aquí ya no tiene tanto miedo porque hay una ventana de oportunidad.
El retail lidera la rentabilidad en el sector inmobiliario, especialmente tras la creación adecuada de valor y la desinversión. Es un producto que ofrece buenas rentabilidades con gestión activa, que es lo que marca la diferencia. Diversifica riesgo gracias a múltiples tipologías de activos, inquilinos y sectores, ya que podemos hablar de centros comerciales, parques de medianas, la calle, el high street y los inmuebles de usos mixtos como focos de creación de sinergias.
El sector tiene una enorme cintura y facilidad de adaptación a través de los usos y actividades para poder jugar con la alimentación, la moda y el textil, la restauración, el deporte, la salud, los complementos, la educación, los accesorios y los servicios.
El retail va unido directamente al consumo privado, que vive una línea ascendente e impulsa las ventas, lo que se traduce en mayor demanda de espacios comerciales y rentas más estables. Si hay más retailers vendiendo y queriendo abrir, el inmueble destinado al uso de retail protege su valor. Si crece la demanda de inquilinos y el stock de oferta inmobiliaria es plana, los espacios buenos crecen en valor. Lo bueno se desmarca.
El retail es el mejor espejo de la sociedad, nos permite ver y ser vistos y refleja las tendencias de consumo, de relaciones humanas y de vida
La liquidez es estable y los precios son atractivos en el retail, que no sufre demasiados picos y especulaciones. Es un mercado tradicional, anclado a la sociedad y vinculado al desarrollo de la actividad de su propio inquilino. Es un negocio en el que la tasa de esfuerzo pesa en nuestro vocabulario coloquial igual que la valoración, es muy lineal.
No entiendo el retail como una opción oportunista, sino como una oportunidad de proteger el capital. Como en cualquier inversión, hay riesgos, pero cuando el dinero está en un activo que ha superado con nota un test de estrés como el del retail, la dudas tienen respuesta.
Los últimos 17 años nos han permitido observar su resiliencia y fortalezas, su capacidad de adaptación a las crisis financieras y de consumo, a las amenazas y especulaciones del comercio online y a un largo lockdown con crisis sanitaria incluida. Ya no hay dos tipos de comercio, todo es retail. El online necesita tiendas físicas y viceversa. El consumo no desaparece, cambia, y cuando el capital escasea, el retail tiene mecanismos de supervivencia.
Cierro con una frase que me gusta repetir: El retail es el mejor reflejo de las tendencias, de cómo nos relacionamos, consumimos, vivimos y disfrutamos. El retail nos permite ver y ser vistos, es el espejo de la sociedad.
