España ha experimentado un destacable avance en su calificación económica por parte de las principales agencias de rating. En 2025, S&P Global, Fitch y Moody’s mejoraron sus evaluaciones de la deuda española, elevando la nota de solvencia a una categoría equivalente al ‘notable’. Esto posiciona al país para aspirar a un ‘sobresaliente’ en 2026, similar a países como Austria o Finlandia, aunque aún lejos del ‘matrícula de honor’ que ostentan Alemania y los Países Bajos.
El calendario actualizado por las agencias de calificación sugiere que España tendrá varias oportunidades para elevar su nota en 2026. Los días 13 de marzo y 11 de septiembre serán cruciales, ya que S&P Global, Fitch y Scope emitirán sus actualizaciones. Fitch ha asignado un ‘A/Estable’, S&P un ‘A+/Estable’ y Scope un ‘A/Estable’. Además, Moody’s revisará su rating el 27 de marzo y el 17 de julio, mientras que Morningstar DBRS realizará sus examenes el 29 de mayo y el 30 de octubre.
Las agencias de rating sostienen que cualquier incremento en las calificaciones estará vinculado a una reducción significativa en la deuda pública del país
, lo cual es necesario para asegurar la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas.
A pesar de las mejoras, todas las agencias mantienen una perspectiva estable para España, indicando que no anticipan cambios a corto plazo sin un significativo descenso en la deuda. Actualmente, la deuda pública asciende a más de 1,7 billones de euros, aunque se ha moderado al 103,2% del PIB. El gobierno español planea reducir esta proporción al 101,7% para finales de 2025, con expectativas de seguir disminuyéndola en los próximos años.
En resumen, aunque el desempeño económico de España es sólido y prometedor, la clave para mejorar su calificación radica en una reducción efectiva de su deuda pública, ya que las agencias de calificación enfatizan la importancia de una consolidación presupuestaria más ambiciosa para asegurar el progreso financiero del país en el futuro.


