El 62% de los españoles admite necesitar mejorar sus conocimientos de economía y el 24% asegura no haber recibido una educación financiera suficiente, colocando a España a la cola en alfabetización financiera entre los países europeos
Desgraciadamente, es muy común que hoy los jóvenes acaben sus estudios, incluso los universitarios, sin saber hacer la declaración de la renta o sin entender plenamente el significado de conceptos como los distintos tipos de hipotecas o no diferencian entre un préstamo y un crédito. Y no solo es un problema entre los jóvenes. La CNMV y el Banco de España en la última encuesta que realizaron acerca de competencias financieras da de resultado que más de la mitad de españoles no entiende conceptos financieros básicos. Este informe mide los conocimientos económicos y consumo de productos de los adultos de edades comprendidas entre 18 y 79 años.
Dicen que la economía utiliza terminología complicada para referirse a conceptos que en realidad son fáciles para que el ciudadano no los entienda. Tipos de interés, inflación, liquidez, mercado de capitales, deuda externa, déficit público, declaración de la renta, acciones en Bolsa, y un sinfín de conceptos que se escuchan en el día a día y que se pasan por alto. Hoy por el Día de la Educación Financiera Capital analiza los motivos de esta pobre formación económica entre los españoles y los efectos de que un porcentaje superior al 50% de la población nacional no entienda ciertos términos económicos básicos.
Por qué España es uno de los países europeos con peor educación financiera
España está a la cola de Europa en educación financiera, concretamente se posiciona en décima posición entre los 15 países de Europa de la OCDE, de acuerdo con el 'Informe sobre la educación económico-financiera en las aulas españolas' de la Fundación Contea y la Fundación PwC del año 2019. Así ocurre, que hay personas que no comprenden lo grave que es que la inflación se sitúe en dos cifras o que el BCE eleve los tipos de interés un 0,75%, la mayor subida de la historia de la zona euro. Carlo Sala, profesor de Esade y director del MSC in Finance, expresa que, aunque la respuesta no es simple, hay un problema base del sistema de educación.
“Echamos de menos una estrategia común integral de todas las entidades involucradas con la educación primaria”, comenta Sala. Sin embargo, añade que la educación básica ya no es suficiente para poder tener una buena y real alfabetización financiera, por lo que esto obliga a los profesores que impartan este tipo de cursos a que tengan que ser muy hábiles y preparados porque, no solo deben ser expertos en el contenido que van a enseñar, sino en su parte más pedagógica; y tienen que ser capaces de pasar mensajes complejos a un público joven e inexperto. “Se necesita un cambio de paradigma”, afirma el director.
“La educación financiera se considera aburrida, compleja y solo para científicos espaciales y da una falsa impresión a los estudiantes, que perciben las finanzas como algo que no está de moda, con consecuencias desastrosas”, dice el profesor. La competencia matemática muy a menudo comparte el mismo problema y los estudiantes prefieren otras asignaturas como los idiomas. “Las matemáticas son nada más que el idioma más común en el mundo”. Esta frase la cita Sala a sus alumnos, que hace alusión a que los temas financieros se enseñan tarde, de manera aislada y más mecánicamente que de manera práctica.
“La alfabetización financiera debe enseñarse siguiendo algunos principios como el aprendizaje a largo plazo, la transversalidad, la interdisciplinariedad y el aprendizaje práctico y divertido”, indica Sala. Además, el director resalta que las familias tienen un papel importante en este desconocimiento generalizado de la economía. "Un dato interesante es que las personas que reportan disponibilidad de ahorros de más de tres meses tienen puntajes consistentes y significativamente más altos en todos los ámbitos y economías"
"Enseñar a un niño desde una edad temprana la importancia de ahorrar es un pequeño gesto que podría tener un gran impacto en el futuro", explica el profesor. A esto añade que se debe sacar partido donde las generaciones jóvenes son mejores que los adultos, es decir, las nuevas tecnologías.
Los efectos de la baja competencia económica
El Plan de Educación Financiera (PEF) 2022-2025 elaborado por el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores, pretende apostar por la educación financiera, la cual define como una inversión de futuro para la sociedad, con un presupuesto de 900.000 euros anuales y con el apoyo tanto material como humano de expertos de las tres instituciones. Informes como el de ‘Intrum-European Consumer Payment Report 2021’ reflejan que un 62% de los españoles necesita mejorar su formación económica y el 24% de los españoles aseguran no haber recibido una educación financiera suficiente para poder gestionar sus propias finanzas personales
La baja alfabetización financiera tiene efectos negativos tanto individuales como sociales. “Una persona con poca educación financiera es más propensa a declararse en bancarrota, tiene una menor capacidad para invertir y tener un ingreso diversificado, tienen una menor capacidad para tener metas financieras y a largo plazo es más propensa a la procrastinación financiera y al juego”, describe Sala. Una persona con conocimientos económicos es capaz de tener control sobre sus finanzas, de cómo pagar facturas a tiempo o no tener una deuda inmanejable.
"Una persona con poca educación financiera es más propensa a declararse en bancarrota"
Carlo Sala, profesor de Esade y director del MSC in Finance
“Una persona alfabetizada en finanzas cuenta con un colchón financiero contra gastos inesperados y emergencia y tiene objetivos financieros como pagar préstamos dentro de un cierto número de años o ahorrar una cantidad particular para la jubilación y estar en camino de cumplir con esos requisitos financieros", argumenta Sala. Por tanto, disponer de una alta alfabetización financiera es sinónimo de tener una mejor calidad de vida al estar más capacitado para controlarla, aunque de primeras pueda parecer que hablar de economía pueda subir el nivel de ansiedad y perjudique el estado de ánimo.
Según un informe reciente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el 50% de la población no considera que su situación económica contribuya positivamente a su bienestar sino, más bien añadir estrés y preocupación. “Este dato demuestra que una mala educación financiera no solo impacta en la vida financiera de las personas, sino también en su salud y vida social. Esto va más allá de la capacidad de poder hacer la renta”, asegura Sala. Por consiguiente, puede no ser solo un tema de educación base, sino que una parte de la ciudadanía no comprende de economía porque prefiere no comprenderla. Se vive mejor en la ignorancia, dicen…