“Un profesional del sector TIC cobra el triple en Suiza que en España”
“Deberíamos aprender de modelos de éxito en tecnología, como Estonia, Israel o Suiza”
“China liderará a finales de esta década el orden hegemónico global”
La era digital avanza inexorable, igual que su capacidad para discriminar entre empresas aptas y aquellas que no lo son. El delicado equilibrio entre la tecnología y el factor humano transforma las economías y revoluciona las relaciones comerciales. La innovación, como elemento vertebrador del futuro del mundo, es el driver del cambio de una sociedad que debe aprender y adaptarse.
En este contexto, y para no quedarse fuera de la carrera digital, muchas compañías necesitan ayuda externa tanto para diseñar la estrategia como para implementarla de forma efectiva. Los fondos europeos ‘Next Generation’ se diseñaron con este objetivo y la competencia es global. Antonio Crespo, CEO de Eraneos Group en Iberia y Latinoamérica, analiza con Capital los principales elementos que configuran la ‘nueva economía’.
¿Cómo ve el proceso de transformación digital de la economía española? ¿Qué cree que nos falta?
Es necesario distinguir la digitalización de la transformación digital. Respecto de la primera, España lleva ya varias décadas apostando por la tecnología, con un sector privado muy activo. Actualmente, somos una referencia a nivel mundial en el despliegue de la red óptica y la tasa de crecimiento del sector, en la última década, ha sido muy superior a la de nuestro PIB.
Numerosas empresas multinacionales, como Amazon, Google, Ikea, IBM, Accenture o Microsoft están apostando por nuestro país. Y ciudades como Málaga –llamada ya por muchos el ‘Silicon Valley Andaluz’-, Alicante o Zaragoza están eclosionando como hubs tecnológicos, aprovechando sus condiciones naturales y su calidad de vida, con el apoyo decidido de las administraciones locales y regionales.
No cabe la menor duda de que la inestabilidad macroeconómica marcada por la pandemia, y ahora por los efectos colaterales del conflicto en Ucrania, puede haber ralentizado el crecimiento, pero las expectativas siguen siendo muy positivas.
Respecto a la empresa española, considero un cliché hablar de transformación digital. Si pienso en las principales metas que se persiguen, hemos avanzado mucho en el objetivo de eficiencia, pero queda mucho por recorrer en experiencia de cliente, y, sobre todo, en innovación. Por poner un ejemplo, la omnicanalidad sigue siendo una utopía, como día a día sufrimos los usuarios de las grandes compañías.
Falta mucho por hacer, pero destacaría principalmente dos aspectos: a nivel económico, necesitamos una estrategia unificada de país, que permita capitalizar las oportunidades actuales; y a nivel de empresa, una mentalidad más decidida, de pensar en grande, sin miedo a cambiar las estructuras organizativas.
Los fondos europeos Next Generation fueron presentados como la ‘panacea’ que convertiría a las economías europeas en las más competitivas del mundo. ¿Está siendo así?
Puede que en esta segunda fase observemos resultados positivos. Sin embargo, muchos sectores de actividad de nuestro país lamentan hoy en día su baja ejecución, o lo que es lo mismo, la falta de acceso real a la financiación de sus proyectos con estos fondos.
La escasa agilidad administrativa y la maraña burocrática han provocado además que muchas empresas hayan perdido el interés, haciendo que muchos procesos no hayan sido suficientemente competitivos. Corremos un alto riesgo de desaprovechar una oportunidad histórica que no va a volver a repetirse en mucho tiempo.
El volumen y la calidad de la innovación en materia tecnológica crece exponencialmente. Tanto, que parece abrumarnos. ¿Qué tecnología cree que será la que generará la próxima revolución? En otras palabras, ¿cuál es la que mayor capacidad transformadora cree que tendrá?
Es difícil aislar una única tecnología. La revolución digital es el resultado de la convergencia de varias tecnologías exponenciales. Hoy en día, no podemos hablar del Internet de las Cosas (IoT) sin el Big Data, o de los gemelos digitales sin la Inteligencia Artificial (IA).
Pero si tengo que elegir cuál va a ser la tecnología por excelencia de esta década, no tengo dudas de que será la nube. No tanto por su capacidad directa, sino por su virtud de ser habilitadora de todas las demás tecnologías disruptivas. La pandemia no solo ha acelerado su uso, sino que también ha forzado a las empresas a repensar sus modelos operativos y a buscar una mayor elasticidad en sus estructuras de costes.
Las grandes compañías están empezando a aterrizar en la nube, pero sigue habiendo barreras culturales y hace falta transformar el modelo organizativo y de gestión. Muchas empresas siguen pensando, erróneamente, que la nube abarata los costes… Y falta, además, que las industrias más tradicionales se arriesguen a la nube pública, que ofrece mayor proyección en términos de flexibilidad y crecimiento exponencial.
Tanta innovación genera mucha actividad a su alrededor, especialmente en el ámbito inversor, algo que hemos podido comprobar en los últimos meses. ¿Cómo cree que se comportará el mercado de fusiones y adquisiciones (M&A) en el sector tecnológico en 2023?
A nivel general, el encarecimiento de la financiación y la incertidumbre económica están retrasando la actividad de M&A. No obstante, sigue habiendo mucha liquidez en el mercado, y el sector tecnológico (y de telecomunicaciones) seguirá siendo uno de los principales protagonistas, junto con el de energía.
Si comparamos nuestro mercado con el de otros países del norte de Europa, sigue habiendo mucha atomización, por lo que es lógico esperar una mayor concentración. La reciente fusión entre Ayesa e Ibermática es una prueba de ello. Por otro lado, durante 2022 compañías como Seidor, Izertis, Plenius y Vass han sido muy activas en su expansión vía adquisiciones, y probablemente continuarán con esa estrategia durante este año.
¿Y las salidas a Bolsa? ¿Qué unicornios cree que saltarán al parqué español en 2023?
A nivel global, 2022 fue un año negro en lo que respecta a OPVs del sector tecnológico. En Estados Unidos, hubo un 88% menos de empresas que salieron a bolsa. En España, la cautela será probablemente la tónica en este primer semestre.
Algunas empresas como Jobandtalent o Fever tienen contemplada desde hace tiempo la salida al parqué, pero no creo que se animen hasta que haya una mayor certidumbre en la economía y la inflación esté controlada. Lo que sí veremos seguramente serán nuevos unicornios españoles, como Wallapop, Typeform o Seedtag.
“Ponemos foco en la contribución de las personas para que los negocios sean más sostenibles”
Antonio Crespo, CEO de Eraneos Group en Iberia y Latinoamérica
España tiene históricamente una tasa de paro superior a la media europea. Paradójicamente, las empresas sufren los efectos de una brecha entre la demanda de talento cualificado y la oferta existente en el mercado. El problema, por tanto, es de formación. ¿Qué propone para solucionar este conflicto?
Aunque llevamos mucho tiempo constatándolo, España está a la cola de Europa en empleo digital. Según el Informe de la Sociedad Digital en España 2022 elaborado por la Fundación Telefónica, en 2021 contábamos con 727.000 especialistas en TIC, lo que suponía el 3,8% del total del empleo nacional, frente al 4,8% de media de la UE.
No recuerdo haber vivido una batalla por el talento como la que llevamos dos años sufriendo. Pero no solo es un problema de formación. Un profesional TIC cobra, de media, el triple en Suiza que en España, una realidad que hemos constatado dentro de nuestra propia compañía. Esta gran diferencia salarial en perfiles especializados provoca la fuga de talento de nuestro país.
Estamos empezando a ver una tendencia hacia la deslocalización del empleo -fruto de la mayor flexibilidad que se ha impuesto tras la pandemia- de forma que los profesionales del sector tecnológico puedan trabajar para otros países del entorno europeo desde España, en un modelo nearshore. Países como Portugal están muy activos en este ámbito, que representa una gran oportunidad para nuestro país.
Respecto de la formación, creo que debería haber una mayor cercanía entre empresa, universidad y formación profesional, integrando a los alumnos en las compañías a lo largo de su ciclo profesional. Confío en que el Plan Nacional de Competencias Digitales, lanzado el pasado año con un presupuesto de 3.750 millones de euros, tenga su fruto.
¿Cree que el marco fiscal en el que operan las empresas es el adecuado? ¿Qué propone usted para mejorar la competitividad empresarial desde la Administración?
La carga fiscal global a las empresas españolas no ha dejado de crecer en los últimos años, y ha alcanzado unas cifras que superan a la media europea en más de un 36%, según el Índice de la Tax Foundation. Considero que el marco fiscal debería beneficiar la creación de nuevas empresas y debería ser coherente con la capacidad real de nuestro tejido empresarial.
Deberíamos aprender de modelos como Estonia, Suiza o Israel, que son ejemplos de éxito, especialmente en el sector tecnológico. Recientemente ha entrado en vigor la nueva Ley de Startups, que esperemos tenga un impacto positivo en el sector.
¿Qué países cree usted que sobresalen en la gestión de la tecnología y de su impacto en la economía?
La última década ha sido caricaturizada con el dicho “Estados Unidos innova, China fabrica y Europa regula”. Estados Unidos ha sido tradicionalmente la sede de las mayores compañías tecnológicas por capitalización bursátil, y el país puntero en tecnología aeroespacial, farmacéutica y de telecomunicaciones. Otros países en Europa, como Alemania y Francia, son ejemplos de colaboración público-privada y del impulso de la investigación en el entorno universitario.
No obstante, el conflicto de Ucrania es una pieza más en el complejo puzle de reordenación del tablero geoestratégico actual. Llevamos varios años inmersos en una “guerra fría” entre Estados Unidos y China por el control del 5G. En mi opinión, a finales de esta década se materializará el cambio en el orden hegemónico global, y China será el ganador.
“Nuestro enfoque es pragmático, orientado a generar impacto en la cuenta de resultados de nuestros clientes”
Antonio Crespo, CEO de Eraneos Group en Iberia y Latinoamérica
De Quint a Eraneos Group
La consultora tecnológica Quint opera desde el pasado mes de enero bajo el nombre de Eraneos Group. Este cambio de nombre culmina su proceso de fusión con la consultora suiza AWK Group y con la alemana Gingko Management Consulting. El objetivo principal, según señala Antonio Crespo, es “generar impacto duradero en el mundo digital”.
¿Qué busca Quint con su integración en Eraneos?
Eraneos cubre muchas de las aspiraciones de crecimiento de Quint. Hemos pasado a formar parte de un grupo paneuropeo independiente de consultoría de estrategia y tecnología con más de 1.000 consultores y 200 millones de euros de facturación. Tenemos un gran proyecto que parte con ocho oficinas en Europa y presencia en Estados Unidos y Asia.
Después de casi 20 años operando con la marca Quint, con presencia relevante en los mercados español y holandés, hemos conseguido dar un gran salto, manteniendo nuestra independencia y valores, apoyando a nuestros clientes a dar forma a la era digital con un tipo de consultoría que denominaría humanística.
Conseguimos resultados a través de la sinergia entre los procesos y la tecnología, pero buscamos una transformación que ponga en el centro de las personas y que logre avances duraderos, que hagan que sus vidas sean más humanas. Tratamos de que los negocios sean más sostenibles poniendo foco en la contribución de las personas, creando valor y una mayor satisfacción laboral.
¿Qué próximos pasos pretende dar la compañía, tanto desde el punto de vista corporativo (M&A) como de desarrollo de negocio orgánico?
Buscamos un crecimiento en España que suponga duplicar las cifras de facturación en tres años, no únicamente de forma orgánica, sino también mediante adquisiciones. Estamos en el proceso de identificación de oportunidades en distintas geografías como en los países nórdicos, Reino Unido y el Sur de Europa.
El objetivo es saber acertar en ese proceso de búsqueda en medio de un mercado muy agitado y una incertidumbre de contexto internacional. Hace escasos meses levantamos con nuestro socio financiero, DPE, un nuevo fondo destinado principalmente al crecimiento inorgánico. Y el pasado mes de diciembre anunciamos dos nuevas incorporaciones a nuestro portafolio, DCP y W21, que vienen a reforzar nuestro posicionamiento y know-how en el sector bancario.
Los principales pilares de su estrategia (IA, big data, cloud, ciberseguridad…) son nichos muy competitivos en los que operan grandes compañías. ¿Cómo destaca Quint, cuál es su factor diferencial o propuesta de valor para convencer a las empresas de que es el socio adecuado para su estrategia?
Todos esos ámbitos representan las grandes áreas de crecimiento, y los proveedores vamos hacia allí con distintas estrategias. En nuestro caso tenemos una forma de entrega de servicios que nos caracteriza y nos hace diferentes. Al no estar casados con una determinada tecnología nuestro planteamiento es independiente.
Y nuestro enfoque es pragmático y orientado a generar un impacto en la cuenta de resultados de nuestros clientes, a través de un conocimiento vertical de la industria en que operan. Bajamos de la estrategia a la ejecución y acompañamos en todo el proceso, buscando la escucha activa y la máxima implicación en todos los proyectos.
Trabajáis, en general, para compañías grandes, muchas del Ibex 35. ¿Qué tipo de proyectos hacéis con ellos?
Nuestro papel comenzó siendo el de asesor estratégico del director de Tecnología, con proyectos de IT Advisory, gobierno de la TI, innovación y transformación de las formas de trabajo. Buscamos siempre un impacto duradero en todo lo que hacemos, a través de la eficiencia y la mejora de procesos, la automatización y las transformaciones Lean y Agile.
Nuestro porfolio se incrementó con todos los temas estratégicos de gobierno del dato, buscando que nuestros clientes sean realmente compañías data-driven. Con la fusión hemos conseguido fortalecer y ampliar el área de compliance y ciber seguridad. Nuestra huella de proyectos en Europa es muy grande y la experiencia muy amplia en todos los sectores.
¿Qué sectores empresariales son los que presentan mayores oportunidades de crecimiento para la compañía?
En cada uno de los países en los que operamos tenemos diferentes fortalezas y posicionamiento. Por ejemplo, en Suiza somos muy fuertes en el sector público y de transporte, y en Alemania somos líderes en compañías de automoción. En España, el sector financiero es el principal, aunque también somos muy fuertes en energía, TMT, salud y turismo. Trabajamos con el 75% de las compañías del Ibex 35.
¿Cuál es su estrategia de captación de talento?
Creemos que uno de nuestros factores diferenciales es la cultura de compañía, con una EVP (Propuesta de Valor al Empleado) diferencial, que busca la autenticidad, más allá de la diferenciación. Nuestra estrategia es más “Pull” que “Push”, de maratón más que de sprint.
Lo acompañamos, además, de iniciativas específicas. Recientemente hemos lanzado un programa que llamamos “Gran Reserva”, para atraer profesionales de mediana edad con experiencia y competencias atractivas y necesarias en la ejecución de nuestros proyectos. Está teniendo mucho éxito en el mercado.
¿Cómo ha acogido el mercado la fusión?
Es demasiado reciente para dar una respuesta, pero, de momento, con mucho optimismo, preguntas y propuestas de nuevos proyectos y servicios que hemos incorporado a nuestro portfolio tras la fusión.
“Un buen líder debe tener sentido del humor y ser transparente, honesto y justo”
Antonio Crespo, CEO de Eraneos Group en Iberia y Latinoamérica
¿Qué huella quiere dejar Antonio Crespo en Quint/Eraneos? ¿Cómo quiere que le recuerden?
Me gustaría que me recordaran por haber sido un CEO empático, capaz de ponerse en la piel de los clientes y entender y escuchar a mis compañeros en Eraneos. No querría dejar pasar la enorme oportunidad que supone conocer y conectar con las personas con las que me relaciono en el día a día.
Uno de los grandes retos en responsabilidades como la mía está en alinear los intereses de la compañía con aquellos de los profesionales. Y para eso es fundamental conocerlos, entender sus inquietudes y motivaciones y ayudarles en su desarrollo profesional.
¿Qué cree que debe tener un directivo para convertirse en un buen líder? ¿Tiene usted algún referente empresarial?
Creo que el liderazgo se desarrolla desde los inicios de la carrera, a todos los niveles, no solamente directivos. Es fundamental un equilibrio entre capacidades analíticas y creativas. En el sector tecnológico, el conocimiento es mucho más perecedero que en otras industrias, lo que hace imprescindible el desarrollo competencial.
Pero todo ello tiene que estar sustentado en un esquema sólido de valores, como la honestidad, trasparencia o equidad. Y hay otras capacidades que no se suelen destacar pero que también ayudan a crear un buen entorno de trabajo, como el sentido del humor. Creo que cada persona te puede aportar mucho en algún ámbito, pero si tengo que destacar un referente, para mí es Juan Soto, ex presidente de HP.
“Quiero que me recuerden como un CEO empático, tanto con los clientes como con los compañeros”
Antonio Crespo, CEO de Eraneos Group en Iberia y Latinoamérica
¿Cómo se ve dentro de cinco años, cuál es su ‘business plan’ profesional?
Hace muchos años que decidí dejar de tener una carrera “al uso” tradicional para tener mayor autonomía en el desarrollo de nuevos proyectos. Es una de las grandes bondades del mundo de la consultoría. En cinco años me veo con nuevos proyectos, en un entorno internacional y en un mercado en transformación. El mundo está todavía por hacer.
