El cambio climático y los precios de la electricidad son dos motivos de peso por los que el sector de la construcción se está reconvirtiendo para ofrecer soluciones ecológicas y económicas a largo plazo
La construcción de Passivhaus en España se ha convertido en una tendencia creciente en los últimos años. Esta forma de construcción se centra en reducir el consumo de energía en las viviendas y edificios a través del uso de técnicas de construcción y materiales altamente eficientes.
Una idea noventera que da sus frutos hoy
El concepto Passivhaus se originó en Alemania en la década de 1990, cuando un grupo de arquitectos, ingenieros y científicos comenzaron a explorar formas de construir edificios altamente eficientes energéticamente. En España, la primera Passivhaus se construyó en 2009, y desde entonces, ha habido un creciente interés en la construcción de este tipo de edificios.
La construcción de ‘casas pasivas’ en España puede ser una herramienta clave para lograr los objetivos de ahorro energético fijados en los acuerdos de lucha contra el cambio climático y las circunstancias actuales de guerra en Europa. Esto se debe a que los edificios Passivhaus son altamente eficientes energéticamente, lo que significa que utilizan muy poca energía para calentar o enfriar el interior del edificio. Lo que, a su vez, reduce significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con la energía. Esto se consigue desde el diseño de cada edificio (teniendo en cuenta la orientación, viento o humedad para sacar el máximo rendimiento y adaptación al entorno) hasta el tamaño de las ventanas. Supone pasar de edificar con estilo, a edificar de manera eficiente.
Además, la construcción de edificios Passivhaus también puede contribuir a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas con la producción de materiales de construcción. Esto se debe a que las casas pasivas utilizan materiales de alta calidad y duraderos, que requieren menos mantenimiento y tienen una vida útil más larga que los materiales utilizados en la construcción tradicional.
Para fomentar la construcción de edificios Passivhaus en España, se han puesto en marcha diversas iniciativas. Desde el establecimiento de incentivos fiscales y financieros para la construcción de edificios eficientes energéticamente, incluyendo los edificios Passivhaus; hasta la creación de programas de formación y certificación para arquitectos y constructores que deseen especializarse en la construcción de edificios eficientes enérgicamente.
La casa del futuro
Los edificios Passivhaus ofrecen una serie de beneficios para los propietarios y los inquilinos. En primer lugar, estos edificios son altamente eficientes energéticamente, lo que significa que utilizan muy poca energía para calentar o enfriar el interior del edificio. Esto se logra mediante el uso de técnicas de construcción y materiales altamente eficientes, como el aislamiento térmico, las ventanas de triple acristalamiento y la ventilación controlada.
En segundo lugar, los edificios Passivhaus son muy cómodos y saludables para vivir. Debido a que la ventilación está controlada, se evita la acumulación de humedad y contaminantes en el aire, lo que puede ser perjudicial para la salud. Además, estos edificios están diseñados para maximizar la luz natural y la ventilación, lo que ayuda a crear un ambiente interior más agradable y saludable.
Por último, los edificios Passivhaus son muy duraderos y resistentes a las condiciones climáticas extremas. Gracias a su diseño y materiales de alta calidad, estos edificios pueden soportar temperaturas extremas, vientos fuertes y otros fenómenos meteorológicos adversos.
El precio a pagar por tener una casa ecológica
Aunque la construcción Passivhaus ofrece muchos beneficios, también hay algunas limitaciones a tener en cuenta. En primer lugar, la construcción de estos edificios puede ser más costosa que la construcción tradicional. Esto se debe a que se requiere un mayor nivel de conocimiento y experiencia para diseñar y construir edificios altamente eficientes energéticamente.
Además, la ventilación controlada puede requerir un mayor mantenimiento y supervisión que la ventilación natural, lo que puede aumentar los costos de mantenimiento a largo plazo. Por último, la construcción Passivhaus puede requerir un mayor tiempo de construcción debido a los materiales y técnicas de construcción específicas.
Una apuesta por un futuro sostenible
A pesar de las limitaciones, la construcción Passivhaus en España está en aumento, tanto por las medidas que está implementando el Gobierno para incentivar este tipo de construcción como por la concienciación responsable de los habitantes. Es por ello que cada vez hay más arquitectos y constructores que se especializan en la construcción de la casa del futuro.
Las viviendas energéticamente eficientes suponen la primera piedra en la construcción de las ciudades del futuro, con el objetivo de cero emisiones de CO2 marcado en el calendario de 2050. Un cambio cuyo mayor acelerón se está dando desde 2021 con la entrada en vigor de la nueva normativa europea, por la cual todas las nuevas edificaciones deben ser de consumo de energía casi nulo o nZEB (Nearly Zero Energy Buildings). Por ahora, esta medida solo es aplicable a la energía primaria (la consumida por los sistemas de climatización y de iluminación del edificio y el agua corriente sanitaria, sin tener en cuenta el consumo eléctrico de los electrodomésticos) pero conlleva una nueva estrategia de edificación de ciudades y un reajuste de inversiones por parte de los estados miembros de la Unión Europea, con la designación de partidas económicas a la renovación de edificios antiguos.
Edificios certificados
Uno de los últimos ejemplos se localiza en León, con el primer edificio certificado tras una obra realizada por la constructora leonesa García de Celis. Su directora de promoción inmobiliaria, Marga García de Celis, nos traslada la historia de más de sesenta años de esta empresa familiar que con la crisis del 2008 se vio forzada a investigar otras líneas de construcción. “Teníamos que aprender algo de esa crisis”, asegura. Empezaron a oír hablar de las Passivhaus y fue el momento de formarse.
Después de varias pruebas en algún colegio con más hermeticidad que en otras ocasiones, en 2018 se lanzaron a construir la promoción para la venta de un chale que consiguió la certificación. Una vez que hicieron unas cuantas viviendas unifamiliares más dijeron: “¿Y si ahora hacemos un edificio en altura?”. Dicho y hecho. “Un certificador homologado del Instituto Passivhaus externo somete a la construcción a unas pruebas ‘Blower Door’, para comprobar que ese edificio da unos parámetros concretos, que son los que obliga la norma, y en base a eso y con una placa ya puedo decir que mi edificio es Passivhaus”, expone Marga.
Las pruebas ‘Blower Door’
En una construcción se puede incluir elementos Passivhaus, pero, para conseguir la acreditación externa, la vivienda debe tener una serie de características y de requisitos. Aunque, lo primero de todo, es estudiar dónde está ubicada la parcela, dónde irá el futuro edificio, cuestiones climáticas, altura, la orientación, etc. Una vez que se conocen todos los datos bioclimáticos se tienen en cuenta cinco requisitos.
-El aislamiento.
-Las ventanas y puertas de altas prestaciones, que tienen que estar certificadas.
-No puede haber puentes térmicos.
-Tiene que haber una lámina de hermeticidad.
-Además de una máquina de ventilación de recuperador de calor.
“Se hacen unas pruebas ‘Blower Door’, con una máquina especial. Entonces, esa prueba nos tiene que dar 0,6 renovaciones / hora como mucho, es decir, que dentro de un piso no puedo renovar más de 0,6 veces el aire de una vivienda. Lo que supone que no tenga entradas y salidas indeseadas de aire que yo no controlo”, explica la directora. Eso se traduce en que ese edificio no va a ganar ni a perder temperatura, va a mantener una temperatura estable de unos 20 grados, independientemente de la estación. Lo que supone un ahorro energético considerable, y más en los tiempos que corren. Además de que el aire es limpio y filtrado, ya que el aparato de ventilación dispone de varios filtros según la necesidad -como alergias y asma- “tienes más claridad mental por la calidad del aire, no te cansas tan fácilmente. Y las plantas crecen más y mejor”, puntualiza Marga. Sin olvidar, la ausencia de ruidos por el aislamiento.
Emocionar primero, cocinar después
Para revolucionar el sector de la construcción en la provincia leonesa y toda la comunidad autónoma Garcia de Celis ha contado con una empresa sensibilizada con el cuidado del medio ambiente, como es el caso de Grupo Althea León. Miguel Marcos, su gerente, asegura que “fue un flechazo cuando nos propusieron colaborar en un edificio respetuoso con el entorno porque disponemos del producto adecuado para este tipo de viviendas ya que nuestra filosofía está basada en la sostenibilidad”.
El respeto por el planeta ya lo imponen en la fabricación de los muebles con los que trabaja Althea, ya que el 95% de la energía que utilizan procede de energía fotovoltaica de la propia fábrica. Pero no se quedan ahí, tableros y embalajes son totalmente reciclable. “Los tableros que utilizamos para los armazones son de baja emisión de formaldehido, un componente que llevan los aglomerados y las colas, que es muy tóxico. Cuentan con un certificado FSC porque están hechos con una combinación de madera y celulosa procedente de bosques gestionados de forma responsable y controlada”, ilustra Miguel. Y deja claro que Althea se adelanta a los tiempos, ya que esta problemática solo está regulada en Japón y Estados Unidos.
Otro detalle que quiere destacar Miguel sobre las cocinas de este tipo de viviendas son las campanas, que no son al uso. “Constan de la combinación de dos sistemas distintos, de plasma de recirculación y de panel de abeja, que filtran el 98% de cualquier tipo de olor -hasta de pescado- evitando malos olores y la más mínima pérdida de temperatura porque no hay salida al exterior”, explica. Una metodología diferente y revolucionaria que ya han aplicado en más puntos de España como especialistas en este tipo de construcciones. “Trabajamos con estudios de arquitectura exclusivamente que hacen Passivhaus. Tenemos ya la tecnología muy desarrollada y el producto se adapta perfectamente. Y es que quien está muy sensibilizado con este tipo de construcciones, cuida muchísimo todos los materiales que se utilizan. Pero sobre todo busca cuidar del medio ambiente, y miran cómo está desarrollada toda la trazabilidad del último tirafondo hasta el último balda”, comenta orgulloso el gerente.
Hablamos de las casas del futuro. Unas edificaciones pensadas para proteger el planeta, siendo capaces de ahorrar costes aprovechando las características que el propio entorno natural ofrece. Una solución a la crisis energética que puede suponer un nuevo paso hacia el futuro sostenible de la sociedad.