Mauro es sinónimo de vinos con personalidad. Un calificativo diferenciador que refleja el carácter, fuerza y sabor que estos caldos ofrecen en el paladar
En 1980, Mariano García colocaba la primera piedra del proyecto de la familia García con la creación de Bodegas Mauro. Un proyecto enclavado en el curso medio del río Duero, en la villa castellana de Tudela, dedicado a la elaboración de vinos arraigados a la tierra y con vocación de guarda. Desde entonces, los caldos de las bodegas Mauro se han posicionado entre los más destacados vinos del mercado gracias a su calidad, cuidado, envejecimiento, equilibrio e identidad propia.
Las bodegas Mauro, cuyo nombre nace como homenaje al padre del fundador, supusieron la primera de la actual trilogía de bodegas de la familia García. San Román Bodegas y Viñedos fue la segunda creación en 1997 en la Denominación de Origen Toro, y, completando la saga, en 2014 nacía Garmón Continental enclavado en plena Ribera del Duero.
Una trilogía que también cuenta con nuevos proyectos emergentes, como la pequeña colección de viñedos en la montaña leonesa, dedicados a la selecta producción de Mauro Godello, y la bodega riojana Baynos, situada en Baños de Ebro. Un nuevo proyecto de 8 hectáreas enclavado en la Rioja alavesa en el que la casa tradicional, situada sobre una antigua necrópolis romana del siglo II, refleja a la perfección la fusión de tradicional y renovación que impera en todas las bodegas de la familia García.
En la actualidad, bodegas Mauro cuenta con 100 hectáreas de viñedos en Tudela de Duero y Traspinedo, donde las características del suelo arcilloso-calcareo permiten que las viñas se asienten con firmeza facilitando las labores de labranza y filtrado. En las vides, la variedad protagonista es tempranillo, que se cultiva junto con la syrah, que aporta frescura y complejidad, y las nuevas plantaciones de cabernet sauvignon a más de 800 metros, que garantizan un sostén de acidez.
Todo el cultivo es ecológico, habiéndose orientado las fincas a la práctica biodinámica como garantía de viticultura preventiva y sostenible. Estas prácticas permiten mantener la fertilidad y equilibrio del suelo, previniendo su erosión, algo de vital importancia si además se tiene en cuenta la alta evaporación y la baja pluviometría que sufre la zona.
En el caso de San Román Bodegas y Viñedos, la extensión es de 130 hectáreas de viñedos ecológicos en proceso de conversión a viticultura biodinámica, y, por último, se encuentran las vides ancestrales de Garmón Continental. Una apuesta arriesgada, pero acertada, de la familia García dentro de la Denominación de Origen (D.O.) Ribera del Duero.
La injusticia geográfica
Garmón supone la primera D.O. Ribera del Duero de la familia García, tras la ‘injusta’ exclusión de Mauro. Una injusticia administrativa que ha privado, y continúa haciéndolo, a los vinos de la bodega primigenia al quedar excluida por el acotamiento geográfico determinado en el momento de constitución de esta denominación en 1982, dos años después del nacimiento de Mauro.
Esta ‘privación’ ha servido como aliciente a Mauro para seguir creciendo, permitiéndoles tener una mayor libertad a la hora de elaborar vinos. Eximidos de la rigidez exigida por la D.O., las bodegas Mauro han podido crear vinos con personalidad única y una excelente calidad apreciada en el mercado.
Tradición renovada
La importancia de la tradición y la historia vitivinícola en Mauro queda palpable desde las piedras que conforman la propia bodega. La casona del siglo XVII continúa siendo una pieza más del engranaje de producción de vino, acogiendo en la actualidad diversos espacios de crianza. Al edificio histórico se suman las instalaciones modernas construidas en 2004 y en cuyas salas se concentra la mayor parte de la producción de la bodega.
Una producción que parte de la recogida manual de la uva en septiembre, hasta la fermentación en cubas con levaduras autóctonas cuya composición es ‘receta familiar’ desde sus inicios. La fermentación y maceración durante dos a tres semanas, con remontados diarios, afina la extracción de aromas, fruta y taninos de unos caldos.
Es el propio vino el que marca el tiempo y el tipo de crianza en función de las características propias de la uva (tipo de terreno en el que se ha cultivado la vid, edad de la viña, características de la añada, etc.). Cada parcela se vinifica por separado en función de su ubicación, edad y circunstancia; siendo el maestro elaborador la persona encargada de determinar el tiempo de crianza en base a su experiencia, sensibilidad y conocimiento del producto.
Una elaboración tradicional que continúa actualizándose a los nuevos tiempos cada año (el ritmo de renovación del parque de barricas es del 30% por año), pero con la perpetuación de la historia y tradición vitivinícola de la bodega. Los vinos Mauro son vinos con personalidad. Un calificativo diferenciador que refleja el carácter, fuerza y sabor que estos caldos ofrecen en el paladar de todos los afortunados que llegan a probarlos.