El hidrógeno verde se ha convertido en la gran esperanza ‘blanca’ en materia de energía de España, la principal apuesta para la descarbonización de la economía. El Gobierno lo define incluso como "un proyecto de país"
¿Pero qué es el hidrógeno verde? En una tecnología que mediante energía de fuentes renovables descompone agua por electrólisis para obtener por separado oxígeno e hidrógeno y aprovechar la energía del proceso. Su gran ventaja es que no produce CO2 en la operación, pero su gran inconveniente es que su producción tiene, a su vez, un alto coste energético, lo que pone en duda muchas veces la etiqueta ‘verde’ que con tanto interés se le pone últimamente.
Lo cierto es que es la tecnología de moda entre el sector energético, que no ha dejado de anunciar proyectos desde que el Gobierno incluyera esta tecnología energética como uno de los puntos de interés en los fondos de recuperación europeos NextGeneration.
El Consejo de Ministros aprobó el pasado mes de diciembre el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento (ERHA). Según sus cálculos este PERTE movilizará una inversión total superior a 16.300 millones de euros “para construir una transición energética designed & made in Spain, maximizando las oportunidades económicas, industriales, laborales, de innovación y de implicación de la ciudadanía y las Pymes”.
En sus cálculos también se habla de la creación de más de 280.000 empleos, entre directos e indirectos. Los proyectos se adjudicarán en 2022 y 2023 y podrán desarrollarse hasta el 2026. Y solo el hidrógeno verde se llevará uno de los mayores importes, con alrededor de 1.555 millones de euros por parte del Ministerio de Transición Ecológica y para el Reto Demográfico, junto a la movilización de otros 2.800 millones de euros en inversiones privadas. Sumará así 4.355 millones de euros, más de un cuarto de los 16.300 millones que el Ejecutivo pretende movilizar con este PERTE para las renovables.
El hidrógeno es el elemento químico más abundante de la naturaleza y su aprovechamiento energético lleva siendo objeto de uso e investigación desde el S. XIX. Pero su principal problema, su inestabilidad como gas requiere de una alta seguridad para su uso cotidiano, además del ya citado coste energético de su producción. El objetivo de España es que en el 2030 España tenga una capacidad de producción de 4 GW, un 10% del total de la Unión Europea.
La hoja de ruta del hidrógeno renovable y su integración sectorial en España se articulan en torno a cuatro líneas que abarcan desde la fase de la innovación y el desarrollo hasta su implantación comercial: la cadena de valor industrial, los proyectos singulares pioneros, la integración sectorial a gran escala, y la integración en el mercado europeo.
La apuesta del país cuenta con los parabienes del sector, que confía en sus “enormes potencialidades” como apunta la Asociación Española del Hidrógeno (AeH2) al valorar positivamente el PERTE, que creen es esencial para España, que tiene el "potencial y la capacidad de convertirse en el 'hub' de generación de energía renovable de Europa y, para ello, las tecnologías del hidrógeno están llamadas a jugar un papel fundamental".
Las iniciativas por liderar el ‘boom’ del hidrógeno verde se multiplican por todo el país como el Corredor Vasco del Hidrógeno (BH2C) que implica a 80 empresas, el Valle del Hidrógeno de Cataluña, uno de las principales apuestas de la Generalitat, y el Valle del Hidrógeno de la Región de Murcia, con 34 entidades públicas y privadas.
La batalla empresarial por el nuevo ‘oro verde’
Todos los grandes grupos energéticos del país se han sumado a la fiebre del hidrógeno verde, que alguno incluso califica de ‘revolución verde’.
Por ejemplo, Endesa contempla el desarrollo en España de 23 proyectos de hidrógeno verde con una inversión de 2.900 millones de euros, asociados a una capacidad de potencia de casi 2.000 MW renovables”. Uno de los principales se desarrollará en Andalucía de la mano de la petrolera Cepsa como socio.
Iberdrola asegura tener en cartera 90 proyectos relacionados con las energías renovables, el almacenamiento y el hidrógeno verde que podrían suponer una inversión cercana a los 15.000 millones de euros. Su principal apuesta de hidrógeno verde es la construcción en Puertollano (Ciudad Real) de la "mayor planta de hidrógeno verde en Europa", que permitirá el inicio de la descarbonización de fertilizantes de Fertiberia. Además, construirá también en Castilla-La Mancha una de las mayores fábricas de electrolizadores del mundo.
Por su parte Repsol ha presentado el proyecto Shyne (Spanish Hydrogen Network), para liderar el desarrollo del hidrógeno renovable en España a través de la movilización de una inversión total de 3.230 millones de euros. En este consorcio se integran 33 entidades de diferentes sectores con el objetivo de promover proyectos de hidrógeno 'verde' en todos los ámbitos de la economía española y fomentar la descarbonización
Para ello Repsol destinará a Shyne unos 2.250 millones de euros -casi el 90% de sus inversiones en hidrógeno verde hasta 2030. Su objetivo es desarrollar una producción de instalar 500 megavatios (MW) en 2025 y dos gigavatios (GW) en 2030, la mitad del objetivo total nacional de hidrógeno verde hasta esa fecha.
Naturgy se ha aliado con Enagás para liderar proyectos de hidrógeno verde en Asturias y León. La planta leonesa quiere producir 9.000 toneladas al año de hidrógeno renovable, a partir de una planta fotovoltaica de 400 MW y un electrolizador de hasta 60 MW, para cubrir consumo local, inyección a red gasista y posibilitar una futura exportación hacia el noroeste de Europa.
Las aspiraciones de España en el horizonte 2030 son que un 25% del consumo de hidrógeno industrial será de origen renovable en 2030. Y en materia de movilidad se quiere una flota de al menos 150 autobuses; 5.000 vehículos ligeros y pesados; y 2 líneas de trenes comerciales propulsadas con hidrógeno renovable. La aspiración es que España cuente con una red con un mínimo de 100 hidrogeneras y maquinaria de handling propulsada con hidrógeno en los 5 primeros puertos y aeropuertos.
La apuesta por el hidrógeno renovable traspasa también el sector energético en España ya que el grupo belga Punch, que quiere asumir la planta de Nissan en Barcelona, ha anunciado que quiere fabricar 75.678 vehículos de combustión interna de hidrógeno en 2030 en las plantas catalanas. En esta nueva movilidad un proyecto de la Federación Profesional del Taxi de Madrid (FPTM), con de la Comunidad de Madrid, quiere que este 2022 ya circulen por la ciudad vehículos cuyo motor principal sea de hidrógeno.