Mientras miles de seguidores de Taylor Swift esperan con ansias el espectáculo de la gira Eras Tour los días 29 y 30 de mayo en el Santiago Bernabéu de Madrid, existe una realidad paralela que se vive en las calles adyacentes al icónico estadio.
La envergadura del evento se resume en cifras. Se espera que alrededor de 60.000 personas asistan a cada uno de los conciertos para ver a la artista, que lleva una década sin tocar en Madrid y ha sido la más escuchada en el mundo en 2023, según datos de iTunes y Spotify. El despliegue para preparar ambos shows necesita de dos aviones para transportar la plataforma del escenario y 69 camiones con todo el material de la gira, que son los que han tomado desde hace unos días la calle Concha Espina.
El Ayuntamiento de Madrid ha diseñado un plan especial de movilidad para los dos días de conciertos, e informa que los días 29 y 30 de mayo estarán cortadas desde las 10 de la mañana las calles de Concha Espina, desde la plaza de Lima hasta la plaza de los Sagrados Corazones, Padre Damián, desde Rafael Salgado a Alberto Alcocer y Rafael Salgado, desde Paseo de la Castellana hasta Padre Damián. No obstante, también estará restringido el acceso a peatones, aunque sí podrá acceder toda la comunidad educativa, ya que son varios los colegios afectados por la zona (Colegio San Agustín, María Virgen y Paraíso Sagrados Corazones).
Otro de los altercados en la zona está siendo la instalación de tiendas de campaña de los fans, que desde el domingo se han repartido por los parques que rodean al estadio, como es el caso del parque de San Fernando, en la calle Alberto Alcocer.
El caos generado y la indignación por parte de los vecinos, además del tráfico añadido que se prevé para estos días, ha provocado que diversas plataformas y asociaciones de vecinos denuncien los hechos. Es el caso de la Asociación de Perjudicados por las reformas del Santiago Bernabéu, que ha denunciado repetidamente que el estadio no está respetando los niveles de sonido permitidos, superando los 100 decibelios. Desde la Asociación aseguran que los conciertos generan más de diez veces el volumen de ruido permitido por la ley, lo cual afecta a la salud de las personas porque hay “horas y horas de volumen insoportable”.
A pesar de que el impacto económico de los conciertos es innegable y muchos lo equiparan al de una final de la Champions League, las cifras no frenan el malestar de los residentes de la zona.
Aunque no se espera que Taylor Swift cancele sus conciertos, la situación es tensa y la presión sobre las autoridades madrileñas y la organización del evento no deja de crecer. De hecho, tanto los residentes como las autoridades están vigilando de cerca el desarrollo de estos shows en el Santiago Bernabéu y, si los problemas persisten, los días de conciertos en el emblemático estadio madrileño podrían estar contados.