Se cuenta que los pueblos son considerados como tales cuando tienen cubierto varios estamentos necesarios: un cura, un maestro, la Guardia Civil y el médico. Con el tiempo, el banco se fue convirtiendo en otra de esas fuerzas, tal y como lo ve Carlos Aso, CEO de Andbank y vicepresidente ejecutivo de MyInvestor.
Para él, los bancos tradicionales han tenido algo de tradición que ha impulsado a los clientes a quedarse en ellos y, particularmente en España y en el resto de Europa, su trayectoria viene de muchos años. En la XLI edición de los cursos de Economía de APIE en Santander, el consejero delegado de Andbank ha desarrollado cómo ha sido la entrada de su entidad en el ámbito digital a través de MyInvestor.
A diferencia de países como Brasil o, en general, América Latina, la banca en Europa tiene una posición importante, por lo que su crecimiento está más limitado que en esas regiones del mundo, donde aún queda mucho recorrido para la bancarización alcance mayores cotas sociales. Ese tipo de modelos, que tienen a Nubank como máximo exponente, no terminan de funcionar en Europa, aunque sí tienen un nicho por explotar.
Las razones de esee escaso despegue tienen que ver con unas normativas más extensas y exigentes, además de unos márgenes más bajos, menos posibilidades de crecimiento y un mayor "culto" a la banca, comenta Aso. Por ello, el inicio de MyInvestor no fue como banco, sino como roboadvisor, una alternativa para utilizar la tecnología, abaratar costes de gestión y proporcionar opciones de inversión más baratas a los clientes.
Tras ese inicio, la oferta fue virando hacia un banco digital que, a diferencia de lo que es Andbank, requiere "una cultura distinta". En particular, el vicepresidente de MyInvestor señala que se necesita una compañía ágil y que piense y aplique los cambios más grandes. No obstante, la idea tiene importantes oportunidades, como democratizar la inversión en un país donde la educación financiera "es baja".
Con esta receta, el banco alcanza los 300 mil clientes, cifra que se incrementa en otros 15.000 cada mes. Por otro lado, de esa base de clientes, el 80% se consigue con el boca a boca, porque más allá de la inversión en publicidad y marketing, el cliente español se fía más de lo que le recomienda un conocido.
No obstante, el crecimiento de la compañía requiere una aproximación particular que no aumente los costes. Por eso, la clave está en la tecnología: "La IA no se cansa, no duerme y no come", dice Carlos Aso. Con la automatización de procesos, se espera que los costes no se incrementen conforme aumente el volumen.
Por ahora, la oferta no es muy extensa y se limita a ofrecer una remuneración atractiva, en el entorno del 3% para los depósitos que permita que ese cliente pase a otros productos, como fondos indexados. En esa línea, tampoco ofrece criptomonedas, puesto que el propósito es ofrecer un ahorro a largo plazo y con una volatilidad moderada. Con esa estrategia se está alcanzando a un cliente de alrededor de 30 años, un saldo medio de 20.000 euros y más cosmopolita que rural.
Sin embargo, como recuerda Aso, la rentabilidad no es tan alta como en Brasil, puesto que España, donde opera MyInvestor, es un mercado más maduro. Sin embargo, se muestra satisfecho de que haya oportunidades para nuevos actores y que la oferta bancaria no se reduzca a los principales bancos del país. "Hay concentración, pero no lo veo tan preocupante, no veo que sea un hándicap", remarca.