Este viernes se celebra una junta de accionistas de BBVA que promete ser una de las más trascendentales de los últimos años. No se trata solo de una revisión rutinaria de cuentas o de la habitual distribución de dividendos, sino del preludio a un movimiento estratégico que podría redefinir el mapa bancario español: la Oferta Pública de Adquisición (OPA) sobre el Banco Sabadell.
El presidente de BBVA, Carlos Torres Vila, y su equipo directivo están a punto de encender la mecha de una operación que lleva gestándose en silencio desde hace meses y a viva voz desde principios de mayo. Aunque oficialmente no se han dado muchos detalles, sí que se ha ido deshojando la margarita, de forma que BBVA ha expresado diferentes objetivos, como mantener la operativa de pymes. También ha dado a conocer ciertos compromisos para suavizar la hostilidad de la OPA, como es la intención de reducir al mínimo los despidos si se consuma el movimiento.
Esta junta, en efecto, es el primer paso, pero no el definitivo. El presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu, se encargó de recordarlo este jueves. Sí, los accionistas de BBVA tienen que dar el visto bueno a una ampliación de capital, pero eso no significa que sus homólogos en Banco Sabadell vayan a vender sus acciones por el precio que ofrece Carlos Torres.
La junta se produce en un contexto económico complejo. La banca española ha tenido que lidiar con tipos de interés históricamente bajos, una creciente presión regulatoria y la incertidumbre económica derivada de la pandemia de COVID-19. En este entorno, la consolidación ha sido vista por muchos analistas como una estrategia necesaria para mejorar la eficiencia y la rentabilidad del sector.
Para BBVA, la adquisición de Sabadell no solo representaría una ampliación de su cuota de mercado, sino también una oportunidad para generar sinergias significativas. Las expectativas de los accionistas son altas y la junta será una plataforma para que el equipo directivo detalle cómo planean integrar a Sabadell, optimizar costos y potenciar la oferta de productos y servicios.
La fusión con Sabadell no es solo un asunto de números. Implica también una integración cultural y tecnológica, aspectos en los que ambos bancos han demostrado tener enfoques y prioridades distintas. BBVA ha sido un líder en la transformación digital del sector bancario, mientras que Sabadell ha mantenido una fuerte presencia en el segmento de pymes y una red de oficinas tradicionalmente robusta.
El reto de fusionar estos dos mundos será uno de los puntos clave a tratar en la junta. Los accionistas querrán garantías de que el proceso se manejará de manera efectiva, minimizando las interrupciones operativas y maximizando el valor para todas las partes involucradas.
El papel del regulador
No menos importante será la respuesta de las autoridades reguladoras a esta fusión. Aunque la consolidación bancaria ha sido vista favorablemente en muchos casos por contribuir a la estabilidad del sistema financiero, cada operación tiene sus particularidades y la fusión BBVA-Sabadell no será una excepción. La junta será también una oportunidad para que el equipo directivo aborde cómo están manejando las conversaciones con el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
También el Gobierno ha manifestado ser el primer freno para la fusión y, aunque se diera la compra del 51% de Sabadell, el ministro Carlos Cuerpo ha dejado claro que no dejaría que las dos entidades se convirtieran en una.
La CNMV ha explicado públicamente que convendría que BBVA proporcione toda la información que pueda, de forma que el accionista pueda tomar una mejor decisión. Se lo pide en referencia al caso Villarejo y también a la posibilidad de que se produzca la compra de acciones, pero no la fusión.
Con la junta a la vuelta de la esquina, el ánimo entre los accionistas de BBVA es una mezcla de expectación y cautela. La adquisición de Sabadell podría ser un golpe maestro que posicione a BBVA como un campeón nacional, capaz de competir de tú a tú con los gigantes europeos. Sin embargo, los riesgos son igualmente elevados y cualquier paso en falso podría tener repercusiones significativas
Esta jornada será crucial para delinear el futuro de BBVA y ofrecer una visión clara y convincente de cómo esta OPA puede ser el catalizador de una nueva era de crecimiento y estabilidad. Carlos Torres Vila y su equipo tienen la tarea de presentar un plan sólido y transparente, que inspire confianza y asegure a los accionistas que están en el camino correcto hacia una integración exitosa.
