En la noche del pasado martes tuvo lugar el esperado debate entre la candidata demócrata Kamala Harris y el ex presidente republicano Donald Trump, un evento que ha marcado un punto clave en la contienda electoral de Estados Unidos. El intercambio, celebrado en el National Constitution Center de Filadelfia, se caracterizó por la confrontación directa y una serie de acusaciones mutuas, con ambos candidatos buscando consolidar su apoyo de cara a los comicios.
Kamala Harris centró su intervención en criticar lo que consideró los puntos más débiles de la gestión de Trump, en particular su relación con líderes autoritarios como Vladimir Putin y Xi Jinping. La candidata demócrata afirmó: "Putin te comería vivo", en referencia a lo que describió como una actitud demasiado complaciente del republicano hacia el presidente ruso. Además, Harris subrayó que Trump "vendió a EE. UU." al permitir que China avanzara militarmente durante su mandato.
Por su parte, Donald Trump respondió de manera contundente, calificando a Harris de "marxista" y alertando sobre lo que, en su opinión, sería una amenaza para la seguridad nacional si ella llegara a la presidencia. En uno de los momentos más polémicos, afirmó: "Si Kamala Harris es presidenta, Israel dejará de existir en dos años", lo que fue rápidamente desmentido por Harris, quien aseguró que su compromiso con Israel ha sido constante a lo largo de su carrera.
El debate también abordó temas internos clave como la economía y la inmigración. Harris destacó los logros de la administración Biden, mientras que Trump atacó duramente la gestión demócrata, achacando los problemas inflacionarios y la crisis fronteriza a las políticas actuales. Trump, en su estilo característico, acusó a los moderadores del debate de parcialidad en su contra, llegando a decir que fue "tres contra uno".
Este enfrentamiento ha dejado claras las profundas diferencias entre ambos candidatos, con Harris presentándose como una defensora de la estabilidad democrática y Trump reiterando su mensaje de un Estados Unidos que, bajo su liderazgo, volvería a ser "fuerte" frente a las amenazas externas e internas.
Las semanas previas a la elección serán cruciales, y este debate podría marcar un cambio en las encuestas, especialmente en los estados clave que decidirán el resultado final.
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Las encuestas tras el debate entre Kamala Harris y Donald Trump muestran un panorama ajustado. Según varios sondeos, ambos candidatos llegaron al debate empatados o con diferencias mínimas.
Después del encuentro, Harris parece haber salido mejor parada, destacándose por su habilidad para poner a Trump en una posición incómoda en temas como el aborto y su comportamiento en el escenario. A pesar de ello, el impacto en las encuestas es limitado, y se espera que la carrera siga siendo muy competitiva hasta las elecciones.