James David Vance ha emergido como figura prominente en la política estadounidense gracias a su buena relación con el ex presidente Donald Trump. Nacido el 2 de agosto de 1984 en Middletown, Ohio, Vance se ha hecho un nombre en el ámbito literario -publicó un bestseller que le llevó a la fama- y político. Su historia personal de superación, junto con su alineación política, le posiciona como uno de los políticos con más gancho del panorama actual en Estados Unidos.
"Tras largas deliberaciones y reflexiones, y teniendo en cuenta el inmenso talento de muchos otros, he decidido que la persona idónea para asumir el cargo de vicepresidente de Estados Unidos sea el senador J. D. Vance, del Gran Estado de Ohio", ha explicado Trump en su red social, Truth.
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Vance, candidato a vicepresidente del Partido Republicano
Criado por sus abuelos, Vance creció en una familia pobre, afectada por la adicción y la inestabilidad económica. Tras servir en los Marines de los Estados Unidos, se graduó de la Universidad Estatal de Ohio y en la Facultad de Derecho de Yale. De su vida se sabe más gracias a su biografía, Hillbilly Elegy, que publicó en 2016, se convirtió en best-seller y fue llevado al cine gracias a Netflix. Fue entonces cuando se especializó en comentarista político y empresario de capital de riesgo, con discursos que criticaban -y critican- la globalización y la pérdida de empleos en la industria manufacturera.
En 2021 anunció su candidatura para el Senado de los Estados Unidos por Ohio, recibiendo el respaldo clave de Donald Trump. Su victoria en las elecciones primarias republicanas y posteriormente en las elecciones generales de 2022 le consolidó como figura clave en el Partido Republicano. Sin embargo, Vance fue crítico con Trump en la campaña presidencial de 2016, pero terminó cambiando de postura y se alineó con él.
Si fuese elegido vicepresidente sería uno de los más jóvenes en la historia de Estados Unidos. Su enfoque en la revitalización económica de las regiones deprimidas y su comprensión personal de los desafíos que enfrentan muchas familias estadounidenses podrían influir significativamente en las políticas de la administración.