La controversia en torno a las normas digitales aplicadas por la Unión Europea ha vuelto a ganar protagonismo tras la defensa pública realizada por Henna Virkkunen, la vicepresidenta de la Comisión Europea de Soberanía Tecnológica, Seguridad y Democracia. Las declaraciones de Virkkunen surgen en respuesta a las críticas estadounidenses tras la multa de 120 millones de euros impuesta a la plataforma X por su diseño engañoso de la marca azul de verificación.
Durante una rueda de prensa en Bruselas, Virkkunen destacó la importancia de aplicar las reglas de manera uniforme a todas las compañías que operan en Europa, sin importar su origen. «Es muy importante que apliquemos nuestras reglas y, especialmente, cuando observamos nuestras normas digitales sabemos que son las mismas para todas las compañías», afirmó categóricamente.
La Ley Europea de Servicios Digitales (DSA) ha inspirado varias investigaciones en curso, abarcando plataformas de distintos países como Estados Unidos, China, Europa y Canadá. Estas investigaciones están basadas en la premisa de asegurar un entorno justo y transparente en el sector digital de la UE, que es parte integral del compromiso de la vicepresidenta ejecutiva.
Todo el que opera en Europa debe respetar las mismas reglas. Tenemos las mismas normas para todos
La sanción a X ha desencadenado fuertes reacciones en Estados Unidos. Personalidades como Marco Rubio, secretario de Estado de Estados Unidos, describieron la decisión de Bruselas como un ataque directo a las empresas tecnológicas estadounidenses y, más ampliamente, al pueblo estadounidense. Brendan Carr, presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), sostuvo que «Europa está gravando a los estadounidenses para subsidiar a un continente frenado por las propias regulaciones asfixiantes de Europa».
La decisión del Ejecutivo comunitario se produce tras casi dos años de investigaciones y advertencias desde Washington respecto a las posibles consecuencias arancelarias. La UE, sin embargo, reafirma su compromiso con las normas establecidas en la DSA, buscando optimizar la transparencia de las plataformas en línea y el cumplimiento de las regulaciones vigentes. Según las autoridades comunitarias, el tic azul de la plataforma X, percibido como un sello de autenticidad, incumple las obligaciones de la ley, dado su acceso discricional.
