Las entidades de protección animal Arde y Satya Animal han presentado una denuncia ante la Fiscalía de Baleares contra una granja avícola situada en Llucmajor, Mallorca, acusándola de presuntos delitos contra la salud pública y de estafa. Esta acción legal surge a raíz de una investigación realizada en abril de este año, en la que se documenta una alarmante falta de higiene en la granja, donde se reporta la coexistencia de gallinas vivas con cadáveres en diferentes estados de descomposición, así como la presencia de ratas y otros animales.
Las imágenes obtenidas por un informante anónimo han puesto de manifiesto que, además de la suciedad extrema, las instalaciones se encuentran repletas de telarañas y una mezcla de polvo, tierra y plumas. Según la portavoz de Arde, Julia Elizalde, esta granja no solo podría haber incumplido normas de sanidad, sino que también podría estar cometiendo un delito de estafa. «El consumidor paga más por este tipo de huevos pensando que las gallinas tienen acceso al aire libre, pero esta expectativa no se cumple», afirmó Elizalde, haciendo referencia al reglamento 2023/2465 de la Comisión Europea que garantiza el acceso ininterrumpido al aire libre para las gallinas camperas.
Los consumidores son engañados, creyendo apoyar el bienestar cuando en realidad están financiando la explotación y el sufrimiento animal en una granja en situación totalmente irregular
Las organizaciones también han presentado evidencia que indica que la granja fue sancionada en 2024 con una multa de 150.000 euros debido a la falta de una autorización ambiental integrada y por el manejo inadecuado de los excrementos. A pesar de esto, la granja recibió más de 380.000 euros del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader) para la construcción de un centro de clasificación de huevos. Actualmente, ambas entidades denuncian que la explotación sigue operando de manera ilegal, lo que ha llevado a la Conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural a tomar medidas cautelares y trasladar el caso a la Fiscalía.
Marina Sánchez, presidenta de Satya Animal, ha manifestado que la granja cuenta con el sello de bienestar animal Welfair, un hecho que considera alarmante dado que su actividad es ilegal. En cuanto a la comunidad local, más de 9.000 vecinos han expresado su preocupación por problemas de salud y molestias causadas por olores y plagas de moscas, lo que ha limitado su calidad de vida.
En respuesta a estas acusaciones, Avícola Son Perot, la empresa responsible de la granja, aseguró que sus instalaciones están sujetas a rigurosos controles y auditorías regulares por parte de las autoridades competentes, destacando que cumplen con los estándares de calidad y bienestar establecidos por la normativa. Sin embargo, la controversia en torno a la explotación avícola de Llucmajor continúa generando un debate significativo sobre la regulación y el bienestar animal en las Islas Baleares.
