Una protesta con tintes polémicos ha surgido en la sede de la multinacional estadounidense Microsoft, ubicada en Redmond, en el estado de Washington. La manifestación, que resultó en la detención de una veintena de personas, responde a las revelaciones recientes sobre un presunto espionaje masivo del Ejército israelí.
La Policía de Redmond anunció a través de su cuenta en la red social X el arresto de 18 personas por cargos de «allanamiento, daños a la propiedad, resistencia al arresto y obstrucción». Según el comunicado oficial, los manifestantes mostraron resistencia y cierto grado de agresividad, aunque el operativo se saldó sin heridos.
Entre los incidentes destacados, algunos manifestantes vertieron pintura sobre el letrero de Microsoft y bloquearon un puente peatonal empleando mesas y sillas robadas a vendedores, formando una barrera. Estas acciones son parte de la movilización organizada por el colectivo No Azure for Apartheid, que reúne a trabajadores de Microsoft demandando la ruptura de todos los contratos del programa Azure con el Ejército y las autoridades de Israel.
La manifestación ocurre tras un reportaje del diario británico ‘The Guardian’, según el cual las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) habrían utilizado servidores de Microsoft para almacenar datos de millones de llamadas interceptadas en un supuesto espionaje masivo a palestinos de Gaza y Cisjordania. Microsoft, en respuesta, ha contratado un bufete de abogados para investigar estas acusaciones, aunque este gesto ha sido calificado como insuficiente por los trabajadores que integran el colectivo.
Detrás de la movilización, que ha tenido lugar este martes y miércoles, está el colectivo No Azure for Apartheid
Este grupo sigue insistiendo en que Microsoft debe adoptar medidas más contundentes en respuesta a las acusaciones, en defensa de los derechos humanos y la privacidad de las personas afectadas.
