Un estudio pionero de la Universidad de Australia Meridional (UniSA), publicado en la revista npj Antimicrobials and Resistance, ha identificado que medicamentos comunes como el ibuprofeno y el paracetamol no solo fomentan la resistencia bacteriana cuando se utilizan por separado, sino que amplifican este efecto cuando se administran conjuntamente.
Tal y como recoge el portal ConSalud.es, la investigación se centró en la interacción entre estos analgésicos y el antibiótico de amplio espectro ciprofloxacino frente a la bacteria Escherichia coli, responsable de infecciones intestinales y del tracto urinario. Los resultados mostraron que la exposición simultánea a estos medicamentos provocaba un aumento significativo de mutaciones genéticas en las bacterias, haciendo que desarrollaran una alta resistencia no solo al ciprofloxacino, sino también a otros antibióticos de distintas clases.
La profesora asociada Rietie Venter, investigadora principal del estudio, destacó que estos hallazgos subrayan la complejidad del fenómeno de la resistencia antimicrobiana, indicando que no se limita únicamente a los antibióticos. Además, señaló que este problema es especialmente relevante en residencias de ancianos, donde es frecuente la polifarmacia, es decir, la administración simultánea de múltiples medicamentos, lo que puede crear un entorno propicio para el desarrollo de bacterias resistentes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que la resistencia a los antimicrobianos es una amenaza creciente para la salud pública mundial. En este contexto, los autores del estudio instan a una revisión cuidadosa de los riesgos asociados con la combinación de medicamentos no antibióticos y antibióticos, especialmente en tratamientos de largo plazo. Este enfoque permitiría diseñar estrategias terapéuticas más seguras y eficaces, y frenar así la propagación de la resistencia a los antimicrobianos.
Aunque el estudio no recomienda abandonar el uso de estos medicamentos comunes, sí enfatiza la necesidad de considerar sus interacciones con los antibióticos y de investigar más a fondo los efectos de combinaciones múltiples en tratamientos de largo plazo. Este enfoque permitiría diseñar estrategias terapéuticas más seguras y eficaces, y frenar así la propagación de la resistencia a los antimicrobianos.
En conclusión, este estudio destaca la importancia de una revisión exhaustiva de las prácticas de prescripción y consumo de medicamentos, especialmente en poblaciones vulnerables, para mitigar el riesgo de desarrollo de resistencia a los antibióticos.
