Cuando el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio fue elegido Papa en 2013, el mundo católico parecía iniciar una nueva era. Con el nombre de Francisco y un discurso centrado en la sencillez, la justicia social y la reforma interna, el nuevo pontífice prometía un aire fresco para una Iglesia golpeada por escándalos y alejada de los jóvenes. Sin embargo, con el paso de los años, ese carisma inicial también se vio acompañado de múltiples controversias. A continuación, repasamos los temas más polémicos que marcaron su papado:
1. Abusos sexuales
Uno de los mayores desafíos del pontificado de Francisco fue la gestión de los casos de abusos sexuales dentro de la Iglesia. Aunque impulsó medidas como la creación de una comisión para la protección de menores y endureció algunas penas canónicas, muchas víctimas y organizaciones lo acusaron de actuar tarde o de proteger a miembros del clero implicados.
Entre las medidas concretas que impulsó destacan la creación de una comisión para la protección de menores, el endurecimiento de las normas canónicas contra los abusos y el decreto Vos estis lux mundi, que obliga a obispos y superiores religiosos a denunciar estos delitos. Aun así, muchos consideran que las reformas llegaron tarde y no fueron lo suficientemente contundentes.
2. Declaraciones sobre el capitalismo
Francisco fue quizás el pontífice más crítico con el sistema económico global desde Juan Pablo II. Frases como "el capitalismo mata” o "el dinero debe servir, no gobernar" lo convirtieron en una figura incómoda para las élites económicas y políticas. Su mensaje a favor de una economía al servicio del ser humano y la dignidad de los más pobres resonó entre movimientos sociales, pero también generó rechazo entre quienes lo acusan de adoptar posturas populistas o ideologizadas.
3. El papel de las mujeres en la Iglesia
Uno de los temas que más tensiones ha generado durante el pontificado de Francisco ha sido el rol de las mujeres dentro de la Iglesia Católica. Aunque el Papa ha reconocido reiteradamente la necesidad de una mayor participación femenina en los espacios de decisión y ha promovido el nombramiento de mujeres en cargos relevantes dentro del Vaticano -algo inédito en la historia reciente de la Iglesia-, también ha dejado claro que no contempla la posibilidad de que accedan al sacerdocio. "No es el momento", dijo en una de sus declaraciones más comentadas, reafirmando la postura tradicional de la Iglesia que reserva el ministerio sacerdotal exclusivamente a los hombres.
4. Ambigüedad frente a la homosexualidad
Francisco sorprendió al inicio de su papado con frases como "¿quién soy yo para juzgar?" al referirse a los homosexuales, lo que generó esperanzas de apertura. Sin embargo, con el tiempo, su postura se mantuvo dentro de los límites de la doctrina oficial. Apoyó leyes civiles que reconozcan a las parejas del mismo sexo, pero sin admitir el matrimonio religioso ni cambios doctrinales. Esta ambigüedad le valió críticas tanto de conservadores como de activistas LGBTQ+.
5. Choques con el ala conservadora del Vaticano
La actitud reformista de Francisco ha generado tensiones internas. Su apuesta por una Iglesia más abierta, menos jerárquica y con mayor contacto con la realidad social ha chocado con sectores conservadores que ven en él un “agente de desestabilización”. Incluso se han filtrado documentos que muestran resistencia a sus reformas e intentos de frenar su influencia.
6. Polémicas declaraciones sociales
"No se puede hablar de Dios con el estómago vacío", o "el divorciado no está excomulgado", son algunos ejemplos del lenguaje directo del Papa. Esta cercanía a veces ha sido interpretada como falta de rigor teológico o como intentos de agradar a la opinión pública. Sus frases han circulado ampliamente en redes sociales, generando tanto adhesiones entusiastas como reacciones airadas.
7. Reformas y límites del cambio
A pesar de las intenciones de reforma, muchos señalan que el Papa ha sido más revolucionario en sus discursos que en sus acciones. Las estructuras de poder dentro del Vaticano siguen siendo opacas, los cambios en la política de abusos han sido limitados y, en temas clave como el celibato sacerdotal o el papel de la mujer, las promesas siguen sin concretarse.
