El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha aprobado este jueves que el Gobierno de Donald Trump recorte cerca de 800 millones de dólares (690 millones de euros) en fondos para la investigación en el ámbito de la salud. Estos recortes afectan a programas clave para la prevención del VIH o el suicidio, en medio de un esfuerzo por desmantelar el programa de diversidad, equidad e inclusión (DEI).
Una decisión dividida y controversial
La corte, por una decisión de 5 a 4, ha levantado la orden de un juez de Boston que bloqueaba los recortes valorados en 783 millones de dólares (675 millones de euros) realizados por los Institutos Nacionales de Salud. Este juez había acusado a los Institutos de actuar de manera «arbitraria y caprichosa» al alinearse con las prioridades del presidente estadounidense. Sin embargo, el Tribunal Supremo consideró que dicho magistrado carecía de jurisdicción para ordenar el restablecimiento de las subvenciones específicas.
No obstante, la corte dejó abierta la posibilidad de que los beneficiarios afectados puedan demandar en un tribunal federal diferente para recuperar los fondos retenidos indebidamente.
El origen de este conflicto se sitúa en una orden ejecutiva firmada por Trump en los primeros días de su segundo mandato, en enero de 2025. Esta orden requería que las agencias rescindieran subvenciones o contratos que «promuevan la ideología de género» o «preferencias inmorales en función de raza, sexo, identidad de género, preferencia sexual o religión».
